Los que nacieron en la década de los 60 recordarán durante toda su vida a los personajes infantiles de la Televisión Española de su época, como los Chipirifláuticos de Antena Infantil. Después vendrían Los Payasos de la Tele en los 70, mientras que los que en ese momento eran demasiado pequeños se engancharían más tarde a series de estilo anime como Comando G (La Batalla de los Planetas), en la que un comando de adolescentes luchaba contra amenazas extraterrestres.

Este es el caso de Fernando García y Daniel G. Jiménez-Landi, quienes hace apenas 10 años fundaron Comando G, pero con G de Garnacha. Aunque en su ánimo también estaba salvar del olvido y dar vida a una tierra vitícola singular como es la Sierra de Gredos. En estos paisajes agrestes con roca de granito las cepas viejas de Garnacha hunden sus raíces en la conjunción de tres provincias (Ávila, Madrid y Toledo), tres comunidades autónomas (Castilla y León, Madrid y Castilla-La Mancha) y cuatro consejos reguladores (VT Castilla y León, Vinos de Madrid, DO Méntrida y la recién constituida DOP Cebreros).

García y Jiménez-Landi son dos de los responsables del reciente salto a la fama de las Garnachas de Gredos, una zona con altitudes que rondan los 1.000 metros en un relieve accidentado, viejos bancales con viñedo en vaso en un terreno granítico sometido al influjo de un clima continental de montaña. Estos factores hacen que los vinos de Garnacha de la Sierra de Gredos tengan rasgos comunes, como su frescura y delicadeza, que los diferencian de los de otras zonas tradicionalmente productoras de esta varietal.

Los de Comando G utilizan prácticas de cultivo ecológico y biodinámico y vinifican con raspón y levaduras salvajes, en fudres y en barricas abiertas, con extracciones muy suaves y trabajo de lías, en busca de sutilidad. Su primer vino fue La Bruja Avería (otra referencia televisiva de los 80, personaje del programa infantil La Bola de Cristal), tinto monovarietal con 7 meses en barricas de roble francés de 500 litros, de imagen desenfadada y de carácter frutal y amable, no exento de personalidad y cierta complejidad. Otros vinos de parcela que elaboran son Tumba del Rey Moro, Rumbo al Norte y el blanco Tamboril de Garnachas Blanca y Gris, entre otros.

Hace unos días tuvimos la ocasión de probar en la Asociación Valenciana de Sumilleres (ASVASU) Las Umbrías de 2011 Magnum en una cata monográfica de garnachas. Un tinto tan abierto de capa que parece un rosado, con tonalidades que tienden a caoba. Un vino arriesgado, con aromas que recuerdan a las frutas amarillas, fruta de hueso, cítricos (sanguina), especias dulces, suaves tostados y evocación mineral. En el paladar es una fresca caricia que se queda en la boca, frágil, sedoso, muy pulido, con buena acidez, persistente, fino y elegante. Abstenerse fundamentalistas de los taninos.