Una nueva ola de vinos del entorno de Jerez surge al margen de los generosos. Son vinos tranquilos, muchos de ellos blancos de Palomino, junto con algunos de Tintilla de Rota. Pero hay más varietales, aunque no tantas como las 119 que ubicó en Andalucía el botánico Simón de Rojas Clemente a principios del siglo XIX. Desde el Consejo Regulador Jerez-Xérès-Sherry nos comentan que iniciaron conversaciones para incorporar nuevos tipos de vino, pero que todavía hay mucho por concretar.

En este sentido son varias las vías a explorar, con el rescate de varietales minoritarias (Rey, Perruno, Mantúa, Caño Cazo). Otra es la de las elaboraciones, como el asoleado de los racimos para conseguir de manera natural los 15 grados de alcohol, a la antigua usanza. De igual manera que ya hay productores que han vuelto a vinificar por pagos y parcelas, haciendo manzanillas, finos y generosos de una sola bota sin utilizar el sistema de soleras y criaderas.

Uno de los nuevos proyectos que han surgido en El Puerto de Santa María, es Bodegas Forlong, de Rocío Áspera, Master en Vitivinicultura en climas cálidos, y Alejandro Narváez, grado superior de Vitivinicultura y Enología. Uno de los vinos que elaboran es el Amigo Imaginario, un blanco brisado Palomino Fino del pago de Balbaina que ha fermentado con sus hollejos, igual que un tinto, con bazuqueos diarios y que ha tenido una crianza de 10 meses en una bota jerezana que ha contenido Oloroso.

Amigo Imaginario 2017 es de color ambarino, con reflejos dorados, de intenso aroma, complejo, que recuerda al membrillo y el maracuyá, tostados, corteza de naranja y plantas aromáticas. Es untuoso, con cuerpo y estructura, se aprecian taninos, ligeramente amargoso, con persistencia. Queda aún mucho Jerez por recorrer.