No hay palabras para describir tanto dolor, tanta rabia, tanta indignación e impotencia. El mundo entero está con Barcelona y con las víctimas. 13 muertos y más de un centenar de heridos es el macabro balance de este nuevo atentado terrorista, reivindicado por el Daesh.

El fundamentalismo islámico está detrás de este cobarde y brutal atentado, que busca sembrar el terror y causar el mayor daño posible entre seres inocentes. Puro fanatismo.

La pérdida de territorios en Irak y Siria por parte del Daesh, en ciudades estratégicas como Mosul, Alepo o Faluya, tras el avance de las tropas iraquíes, apoyadas por la coalición internacional, fundamentalmente Rusia y EE.UU, y las últimas detenciones de islamistas radicalizados, sobre todo en España, y especialmente en Cataluña han puesto a Europa como blanco de sus atentados indiscriminados.

Hoy más que nunca debemos permanecer unidos. Ese es el mayor daño que podemos causar a los terroristas para que la libertad , la convivencia y la democracia salgan fortalecidas.