Me quedo antes con el LLuís LLach cantautor, que luchó contra la intransigencia y contra la falta de libertad en este país, que con el LLach político, que anuncia sanciones para los funcionarios que desobedezcan, lo que ellos llaman "la ley de desconexión" con el Estado central. Da igual lo que piensen más de la mitad de los catalanes a cerca del proceso soberanista. Los independentistas ya han anunciado que habrá referéndum sí o sí. El propio Oriol Junqueras ha ido más lejos, al defender declarar la independencia de manera unilateral si no hay referéndum. Pocas alternativas dejan al diálogo.

Prefiero mil veces antes al LLuís LLach, subido a los escenarios, llenando teatros, y poniéndote la piel de gallina con sus hermosas canciones; comprometido y cantando a la libertad y al amor, que al LLach metido a comisario político.

En ningún país democrático cumplir con la legalidad vigente es motivo de sanción. Tampoco debería serlo en Cataluña.