El ciudadano de a pie, al menos yo que sé muy poco de jurisprudencia, no entiende cómo es posible que los consellers que están en la cárcel, con el president Carles Puigdemont huido de la justicia y con una presidenta del Parlament, a la que el juez le ha fijado una fianza de 150.000 euros para eludir la cárcel, que no ha tardado en reunir, puedan ser cabeza de cartel en las próximas elecciones del 21-D. El ex vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Oriol Junqueras, ya ha anunciado su candidatura en una lista única por ERC y le ha ofrecido ir de número dos a Carme Forcadell. Los graves delitos de los que se les acusa, es decir, rebelión, sedición y malversación son suficientemente graves en cualquier ordenamiento jurídico para que queden inhabilitados de por vida y no puedan presentarse en ninguna candidatura y por ningún partido político.