Gobierno, gobierno español, rescátame. Soy una persona, pero hazte a la idea que soy un banco y rescátame como hiciste con otros, que yo también estoy en crisis, en bancarrota, en números rojos, a punto de fallecer por falta de activos. Yo también quiero montar un banco y hacerme con el dinero de todos con la seguridad de que si algún día me va mal, el gobierno ya me ayudará a solucionar mis problemas. Vamos, un negocio redondo.

Y si no, monto una papelería para vender sobres blancos y tarjetas black. O me junto con otros cien mil españoles más y nos vamos en patera a las costas africanas a buscar trabajo. O me hago un brexit y me aparto de la comunidad de seres humanos que intentan sobrevivir cada día a todo este tipo de infortunios sin que nadie se dé cuenta.

Y si nada me funciona, me tocará tragarme mis palabras, sacar mis cuatro céntimos del banco antes de que me los cobren por comisión fantasma, comprarme una silla plegable y sentarme en el paseo de la playa a vender bolsos de marca falsificados. Y cuando me quede sin nada me pongo a robar y me dejo atrapar por la policía, así iré al juzgado y el fiscal me absolverá de todo mal, que para eso soy española y en España no parece que esté penado robar. ¡Ah no!, que soy española pero no soy dueña ni preferente de ningún banco. ¡Jolines, qué mala pata! Consuelo Jover Rodríguez. València.