El Ayuntamiento de Onda afronta el reto de derribar o restaurar las múltiples fábricas abandonadas que posee la localidad. Unos edificios que fueron el motor económico de Onda y que ahora se han convertido en testigos de una época en la que el municipio dejó de ser agrario para convertirse en industrial.

Sin embargo, el mal estado de conservación en que se encuentran supone un peligro. El equipo de gobierno municipal popular es consciente de ello, una preocupación que comparte con Iniciativa per Onda desde la última campaña electoral del pasado mayo. El tema ha vuelto a salir a la palestra pública de la mano del ecosocialista David Sánchez Salas. El ayuntamiento aseguró que ya "está trabajando" para buscar la mejor solución para estos edificios.

Las principales fábricas abandonadas se encuentran en el barrio del Castillo, donde los vecinos ya trasladaron su preocupación al alcalde del municipio, Salvador Aguilella, cuando era el jefe de la oposición. El entonces alcaldable se comprometió a consolidar sus estructuras o a demolerlas, argumentando dos razones fundamentales. La primera, el peligro que suponen para los residentes, sobre todo los niños que juegan por sus inmediaciones, y la segunda, por la imagen que da a una ciudad que aspira a ser turística y que tiene en el centro histórico uno de sus máximos atractivos.

Aguilella, a medio plazo, también se comprometió a renovar la zona degradada de la Campaneta. Un proyecto que contempla destinar 8.500 metros cuadrados para construir dos grandes zonas verdes.

En cuanto a las viejas fábricas, un paseo por la zona es suficiente para comprobar en qué estado se encuentran. Si bien es cierto que la gran mayoría están tapiadas, y que durante el anterior mandato socialista una de ellas se derribó por seguridad, algunas de ellas presentan las puertas o las ventanas abiertas, existen techos medio derrumbados y resulta bastante fácil saltar las verjas para acceder a la propiedad privada.

El equipo de gobierno ha comenzado esta misma semana a estudiar la problemática y, una de las principales barreras con las que se ha topado es el hecho de que la gran mayoría de los solares donde se ubican las ruinas son propiedad privada, por lo que habrá que definir unas vías de actuación distintas en cada caso.

Pese a que la formación política Iniciativa per Onda no cuenta a día de hoy con representación municipal, sus representantes han tomado una postura bien definida en este asunto. Desde el partido afirmaron que el nuevo equipo de gobierno popular "lleva muy pocos meses al frente de la gestión" y responsabilizaron del deterioro de estos inmuebles "al antiguo gobierno municipal que, viviendo un momento de auge económico sin precedentes y gobernando durante tantos años con mayoría absoluta, no hizo nada por salvaguardar ese rico patrimonio". Su portavoz, David Sánchez Salas, reclama la restauración de algunas de estas instalaciones. "O actuamos como pueblo o seremos cómplices de dejar que fábricas tan bonitas como La Campaneta o El Bólido, que pueden servir para atraer turismo y crear empleo, se derrumben", dijo.

Cabe recordar que estas dos instalaciones no son las únicas fábricas abandonadas que existen en Onda. En otras áreas de la localidad como el polígono La Cosa también existen viejas azulejeras sobre las que desde hace años planea la sombra del derribo. De hecho, hace tiempo que se programó su demolición para construir viviendas y albergar la ronda Norte de la localidad. No obstante, la actual coyuntura económica ha hecho que el reloj urbanístico se pare, aunque el peligro de estos edificios siga presente.