Solo una de cada diez personas que solicita y se somete a tratamiento para hacer frente a un problema de adicción (tóxica o no tóxica) es mujer, según revela la Memoria de 2013 de la Fundación Patim de Castelló, que ofrece respuesta profesional al fenómeno de las adicciones y la exclusión social.

Este diez por ciento de mujeres atendidas es la media que se recoge entre los dos recursos asistenciales de los que dispone Patim en la capital de La Plana, el Centro de Día Ribalta 29 y la Comunidad Terapéutica Los Granados. En este último centro, de régimen residencial, el número de mujeres atendidas ha pasado de suponer el 10 % en 2012 al 30 % en 2013, «pero sigue siendo un porcentaje muy bajo», explica el presidente de Patim, Francisco López.

Lo corrobora el perfil de paciente en ambos centros: hombre, soltero, español, con estudios primarios, de 31 años y consumidor de cannabis (en el caso del centro de día) y de entre 42 y 49 años y adicto a la cocaína por lo que se refiere a Los Granados.

La causa que explica esta «brecha» de género no está, según apuntan desde Patim, en el hecho de que haya menos mujeres con problemas de adicción que hombres, sino en otra realidad: «Los tratamientos están diseñados para la población masculina», puntualiza López.