Manuel Irun Molina es Doctor en Ciencias Químicas por la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, especialista en Medio Ambiente por la Universidad Politécnica de Madrid y en Ecosistemas de Innovación en el Sector de Tecnologías Ambientales por la Universidad de Berkeley en California. Actualmente reside en Bruselas donde llegó en 2004 por motivos profesionales y allí ha establecido su familia junto a su mujer María y sus dos hijas Inés y Sofía. Trabajo para Climate-KIC, la Comunidad Europea del Conocimiento e Innovación en Cambio Climático del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, y es uno de los primeros interesados en participar en el proyecto «Món Castelló» impulsado por el ayuntamiento para divulgar la ciudad en el extranjero.
¿Cuál fue la motivación para unirse a «Món Castelló»?
Principalmente, por sentirme muy unido a la ciudad, donde residen mi familia y mis amigos de siempre. He tenido el privilegio de crecer en el colegio Herrero, estudiar en el Ribalta y en el Vicent Castell el bachillerato internacional, de formarme en la UJI y de jugar al futbol en el CD Castellón. Además, en mis años en Bruselas he trabajado en la oficina de la Comunitat Valenciana defendiendo los intereses regionales, muy vinculado a la industria de Castelló y en particular al sector de fritas, esmaltes y colores cerámicos. Ahora que estoy trabajando para una organización internacional, creo que es una buena iniciativa para compartir conocimiento a través de las personas que nos sentimos identificados con el pasado y el presente castellonense, pero también queremos contribuir con el futuro, estemos donde estemos.
¿Cuál es la misión de los participantes en este proyecto impulsado por el ayuntamiento?
Entiendo que este proyecto tiene como objetivo aportar cada uno, a nivel personal, la experiencia y conocimientos que consideremos de interés para Castelló, bien mostrando interés en compartirlo, o bien con debido a alguna oportunidad que surja para ello, juntando las agendas cuando sea posible aprovechando alguna visita a Castelló.
¿Y la suya en particular?
Mi misión en el proyecto es sentirme de Castelló y con la posibilidad de seguir conectado a actividades de común interés. Por mi parte, a nivel profesional, los temas europeos, la innovación, la adaptación al cambio climático, las tecnologías ambientales y la sostenibilidad en el sector industrial. A nivel personal, el deporte especialmente el fútbol, la educación a través del deporte y la visibilidad de mi ciudad y mi provincia en el plano turístico a nivel internacional.
¿Le parece una buena iniciativa?
Estamos en tiempos que hay que innovar en todos los campos y materias. Me parece bien que se pongan en marcha instrumentos como «Món Castelló» o el de «Embajadores de la UJI» de la que también formo parte. Aún estando fuera de Castelló por diferentes circunstancias, el objetivo de la transferencia de conocimiento a través de personas, creo que es una forma eficiente de crear comunidad y de poder contribuir o incluso devolver a la sociedad parte de lo que has recibido.
¿Cree que tendrá resultados reales en la ciudad pese a la distancia?
En el mundo global actual, existe la posibilidad de hacerlo desde cualquier parte del mundo, y de hacerlo en el entorno local con el que te sientes implicado, así que creo puede ser de utilidad para todos. De todas formas, creo que lo importante de este proyecto es el camino más que el objetivo final en sí, es importante que se fomenten las actividades adecuadas e incluso la interacción entre ellas, para facilitar esa transferencia de conocimiento de forma efectiva.
¿Qué ventajas y desventajas ve en vivir en el extranjero?
Bruselas es un sitio privilegiado para observar la realidad europea, así como ir visualizando el futuro próximo, al ser capital de la UE y estar nuestro día a día relacionado con el proyecto europeo. Es una ciudad de vida tranquila en lo familiar pero a su vez exigente en lo profesional. Quizá ese es un rasgo muy similar a Castelló como entorno, donde la vida en familia y amigos combina con la intensidad de ser una capital mediterránea de industria globalizada y de emprendedores en diferentes generaciones.
¿En qué saldría beneficiada Castelló?
Lo evidente donde sale claramente favorecida Castelló en comparación con Bruselas es el clima, muy atractivo para todos los centroeuropeos. Por el contrario, donde Bruselas lleva ventaja es en la educación en idiomas, lo que permite tener una mayor competitividad en mercados internacionales.
¿Piensa en volver a su ciudad?
A pesar de llevar ahora diez años fuera no siento que me haya ido, tanto por tener a mi familia y amigos, y en especial a mi abuela, de 92 años, original de Las Palmas de Gran Canaria, pero la mayor embajadora de Castelló con sus paseos todas las mañanas al Mercado Central y a la Catedral de Santa María. Volvemos en cada ocasión que podemos juntar unos días en familia, aunque somos conscientes que por la profesión que tenemos, tanto yo como mi mujer, trabajando para la Comisión Europea, y la buena educación de mis hijas, es difícil un planteamiento a corto plazo. Quizá una vez más, programas que nos ayuden a volver aunque sean nuestros conocimientos y experiencias, nos ayudaran a acercar la ciudad de Castelló a nuestras decisiones de futuro.
