No por repetido deja de ser trascendente el contenido: la Universitat Jaume I se encuentra al borde de la quiebra por la incapacidad de la Generalitat Valenciana de saldar sus deudas con el campus castellonense. El discurso del rector de la UJI, Vicent Climent, en el acto de apertura oficial del curso 2014-15, vino aderezado por la misma carga de crítica hacia la administración autonómica, que no sabe de donde sacar los 113 millones de euros que deberían estar ya en manos de la universidad castellonense para poder funcionar.
Climent, ante toda la comunidad universitaria, y ante el director general de Universidades de la Conselleria de Educación, Felipe Palau, fue directo: «A pesar de los esfuerzos realizados en la contención del gasto corriente, nos encontramos al límite de la sostenibilidad del sistema». Un aviso a navegantes que deja patente la intención de la UJI de batallar por el pago de la deuda, sin descartar incluso acudir a los tribunales, pese a que la Generalitat ya le ha trasladado su deseo de que renuncie a parte de ella a cambio de retomar actuaciones en el campus universitario que, en cualquier caso, no son más que proyectos que ya debían estar ejecutados, como puede ser la facultad de Ciencias de la Salud.
Para Climent, las cinco universidades públicas valencianas inician el nuevo curso con «unas incertezas presupuestarias, financieras y de sostenibilidad parecidas a aquellas con las que se inició el pasado curso». En cifras, supone«una deuda de la Generalitat con las universidades públicas de cerca de 200 millones de euros, generada en los últimos tres años, todavía no satisfecha, y con otra deuda histórica de 769 millones de euros que se fue acumulando en una época de bonanza» económica.
Además, durante 2013 y 2014 la subvención anual que las universidades públicas «han recibido de la Generalitat ha sido, respectivamente, 110 y 113 millones de euros inferiores respecto a la subvención que tocaba de acuerdo con el Plan Plurianual de Financiación que firmamos con la Generalitat en septiembre de 2010». Todo ello supone una pérdida acumulada en los dos últimos ejercicios de más de 213 millones de euros respecto a lo que correspondía según el citado plan». En el caso concreto de la UJI, el rector recordó que «ha pasado de 74,6 millones de euros en 2009 a una subvención de 61,2 millones de euros en 2014, lo que ha supuesto una reducción del 18 por ciento en la subvención ordinaria y, además de impedir tener una Facultad de Ciencias de la Salud, está poniendo en riesgo la sostenibilidad de la UJI», a pesar de «los esfuerzos realizados en la contención del gasto corriente», advirtió.
La implantación de la citada facultad de Ciencias de la Salud, la consolidación de grados, másteres y nuevos doctorados, el Campus de Excelencia, el impulso a la misión docente, investigadora y a la difusión del conocimiento con garantías plenas... «Reconocemos el diálogo y la proximidad de la Dirección General de Universidades y de la Conselleria de Hacienda, pero todo resulta insuficiente dada la situación extrema en la que se encuentran las universidades públicas valencianas», asevera Climent.
El rector insistió en este sentido en el deseo de que en este curso la Generalitat se comprometa a atender la deuda histórica de las universidades buscando «fórmulas que se ajusten a las necesidades intrínsecas de cada una de ellas, reduciendo la carga financiera de las mismas, mejorando sus balances y atenuando su falta de infraestructuras y de inversiones para la docencia y la investigación». Asimismo, el rector pide que el Consell restaure el Plan Plurianual de Financiación (2020-2017) y los niveles de financiación del Sistema Universitario Público Valenciano, «pues lo contrario supondría ir en contra de ese nuevo modelo económico basado en el conocimiento que tanto precisa la sociedad».
