El Ayuntamiento de Borriana anunció ayer que pedirá responsabilidades a la Confederación Hidrográfica del Júcar después de los problemas y desperfectos causados por la crecida del río Anna del pasado lunes. Según informó el concejal de Vía Pública y Servicios Públicos, Vicent Aparisi, «no entendemos cómo en ningún momento se avisó del desagüe del pantano de Benitandús».

Según informó, la ley establece que el pantano de Benitandús pueda desaguar un total de 100 metros cúbicos por segundo en caso de emergencia por acumulación de lluvias, pero en algunos momentos del pasado lunes el caudal que circulaba a la altura de la población era cercano a los 600 metros cúbicos por segundo. Tal y como explicó el concejal de Medio Ambiente, Bruno Arnandis, «requeriremos a la confederación que sean ellos quienes reparen la pasarela que siempre ha permitido cruzar el Clot desde el Grau hasta les Terrasses. Entendemos que el desagüe excesivo y la falta de información fue la principal causa de que se viniera abajo».

El mismo Arnandis quiso aclarar que el gran problema fue la falta de información y de avisos que «siempre» dan desde la Confederación en caso de riesgos por inundación: «El hecho de que los métodos de previsión de lluvias de la CHJ no funcionen hace que sea imposible que preveamos crecidas del río como la del lunes».

Otro de los lugares más afectados tanto por la tormenta como por el oleaje fue el Port de Borriana. Allí, la plataforma donde las embarcaciones repostan combustible se vino abajo. La concesionaria, Marina Nova, será quien repare los daños.

Quejas también en el Palancia

También hay quejas contra la CHJ por parte de los dueños de los tres camiones y de las cuatro máquinas pesadas que quedaron atrapadas en el interior de la presa de Algar por la crecida del río Palancia. Los propietarios empezaron ayer a hacer balance de daños, después de comprobar que el agua que las cubrió totalmente no llegó a arrastrarlas. A la sensación de impotencia se le unía la indignación pues, según insistían a Levante de Castelló, «nadie les avisó a tiempo» para que las hubieran retirado antes de que el lunes, que ellos libraban, se cubriera de agua toda la zona donde trabajaban para reforzar la Sèquia Major a su paso por el pantano.

Aún así, desde la Confederación Hidrográfica de Júcar (CHJ) se aseguró ayer a este diario que «dejación» por su parte «no ha habido en absoluto» pues este organismo «advirtió hasta cuatro veces al contratista de la obra» del peligro que se corría al detectar que se estaba estacionado en una zona inundable; un mensaje que, según dos de los propietarios afectados, a ellos como subcontratistas, «nunca les llegó» con la antelación suficiente para reaccionar a tiempo el pasado lunes.

Por lo demás, las localidades de la provincia de Castelló fueron recuperando ayer la normalidad, en especial municipios afectados como Onda y Nules, donde las brigadas municipales atendieron las llamadas vecinales para retirar ramas y árboles caídos.