En los niveles de exigencia que pisa el Villarreal, no suele haber tregua. El equipo de Marcelino, que ha aflojado el ritmo competitivo en las últimas semanas, afronta de aquí a final de año un apretado calendario que determinará sus objetivos de la segunda parte de la temporada. En poco más de un mes, el conjunto amarillo disputará nueve partidos: cinco de Liga, dos de Liga Europa y dos de Copa del Rey.

La dificultad del reto se acentúa con el cúmulo de lesiones de la plantilla. Habituales en esas cuitas son hombres como Bonera, Baptistao o Adrián. Bakambu sigue arrastrando problemas en su tobillo, agravando las dudas en ataque. El freno goleador del equipo de Marcelino (solo ha marcado más de un gol en uno de los últimos ocho encuentros de competición doméstica) asoma como principal causa de la flojera resultadista (solo ha logrado una victoria en las últimas seis jornadas). El balance contrasta con la extraordinaria presentación del Villarreal 2015-16. Tras sumar 16 de los 18 primeros puntos en liza, el equipo groguet alcanzó un histórico liderato.

Jueves ocupados

Ahora, quinto en la clasificación, se acumula el trabajo. En Liga toca resistir el empuje de rivales al alza. Al Villarreal le quedan cinco jornadas en 2015: visitará Getafe, recibirá consecutivamente a Rayo Vallecano y Real Madrid, viajará al norte para medirse a la Real Sociedad y cerrará la serie con el derbi con el Valencia.

En paralelo, los jueves estarán ocupados, alternativamente, por la Liga Europa y la Copa del Rey. En la competición continental, está en liza abrochar la clasificación y disputar la primera plaza del grupo. En ese sentido, el Villarreal recibe el jueves (21.05) al Rapid de Viena y terminará la fase de grupos el 10 de diciembre, en el feudo del Viktoria Plzen. En la Copa del Rey jugará los jueves 3 y 17 de diciembre contra el Huesca. La vuelta será en el Madrigal.

En ese sentido, la plantilla del Villarreal es consciente del tramo decisivo del curso que le aguarda. «Conocemos todas estas dificultades», comentó ayer el centrocampista Manu Trigueros, «pero seguimos teniendo opciones en la plantilla y con los jugadores que seamos, intentaremos mantener la competitividad», sentenciaba, en referencia al cúmulo de bajas sufridas.

Estos condicionantes llevan a valorar el punto conseguido contra el Eibar. «El empate es positivo», añadió Trigueros, «al final se puede decir que el punto logrado no es malo, nos pasó de todo, seguimos luchando y al final encontramos el premio. Estamos acumulando problemas, pero a base de fe el equipo se supo recuperar», argumentó el centrocampista.