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Prohibido rendirse

El Castellón voltea el tanto inicial del Paterna y se marcha al parón navideño en la cuarta plaza de promoción de ascenso El equipo de Kiko Ramírez logra la sexta victoria consecutiva gracias a los goles de Luismi Ruiz y Charlie Meseguer (1-2)

Prohibido rendirse

El Castellón cerró el año en Paterna con la sexta victoria consecutiva. La cuarta remontada de la era Kiko Ramírez volvió a encumbrar a Pruden y Meseguer, la pareja de zurdos que culmina una semana tras otra el trabajo colectivo del equipo. Ayer en Paterna se adelantó pronto el conjunto local, con un cabezazo de Abarca, pero el Castellón acumuló méritos, antes y después del empate de Luismi Ruiz, para conquistar el premio gordo en el tiempo de prolongación, con el éxtasis del 1-2 de Meseguer a pase de Pruden. Los albinegros se marchan al parón navideño en zona de promoción de ascenso, tras una meritoria racha de resultados. Son cuartos, aún lejos, muy lejos de la cabeza eso sí, a diez puntos del intratable líder Atlético Saguntino.

En el incómodo Gerardo Salvador de Paterna, el Castellón entró excesivamente frío al partido, y no tardó en pagar un peaje por ello. El inicio del Paterna fue justo lo contrario: una llamarada de intensidad anfetamínica, simple y demoledora. La jugada del 1-0, el golpe del minuto 7, resumió la táctica del vértigo local, vertical hasta el extremo. David Gil ganó un balón largo a la espalda de Luismi y centró raudo y tenso al primer palo. Ahí cabeceó Abarca en escorzo, picado y abajo, imposible para Álvaro.

Casi de inmediato y antes de merecerlo, a los dos minutos, el Castellón se encontró con un penalti. Sacó Jesús López de banda, la pelota botó en el área y se topó con la mano del central Fernando. Pruden tomó el balón y aún no se sabe muy bien qué intentó hacer. El caso es que el penalti se convirtió en un pase a las manos del meta Moreno.

El brío del Paterna se prolongó durante al menos diez minutos más. El partido comenzó a virar en el ecuador del primer acto, cuando por fin el Castellón pudo bajar un balón y asociarse en campo contrario. Esa jugada terminó con un tiro de Meseguer que taponó un defensa, pero activó a Carrillo, a Pruden, a Marenyà... a todos los que participaron en ella. En otro baile similar, en el 23, que murió en cabeceo alto de Carrillo, empuñó el Castellón el bastón de mando de manera definitiva.

Porque a partir de entonces, el Paterna apenas asomó. Algún saque de banda, algún rechace ganado, poco más. Pero la continuidad en el dominio y el juego fue albinegra, y el empate también. El 1-1 nació en una ingenuidad del portero local. Botó en corto una falta en área propia, Antonio se acercó a molestar al central y a partir de ahí el Paterna se fue enfangando de manera irremediable. El despeje fallido del arquero lo recogió Carrillo. Meseguer aportó la pausa y la sutileza. La enésima travesura: picó el pase decisivo a la llegada ágil del torbellino Luismi Ruiz, que marcó medio gol con el control de pecho a la carrera, y otro medio en el tiro cruzado tras frenarse el momento necesario.

El sano entusiasmo de Luismi le está dando muchas cosas buenas al Castellón. Tras su carrera feliz en el festejo, los albinegros encadenaron un tramo más que sugerente. Movieron la pelota con inteligencia y acumularon merodeos ofensivos. La ocasión más clara fue de Carrillo, con una volea a la media vuelta que envió el meta a córner.

Dominio insistente

Tras el descanso, el Castellón intensificó su dominio. Insistió, constante, gobernó el territorio y suyas fueron todas las ocasiones. Le sentó bien, asimismo, la entrada del extremo Jorge Giménez, justo cuando el Paterna había conseguido enredar la dinámica de juego. Faltó contundencia en varias intentonas de Pruden, Antonio y Meseguer, y tuvo dos Borja Gracia, que había relevado a Marenyà en el medio, sorprendiendo desde segunda línea.

Pero se le escurría el partido a los albinegros, entre lamentos y prisas. Mal que bien, justito de recursos y de fuerzas, el Paterna parecía haber pasado lo peor. Quizá, incluso, cometió el error de pensar que efectivamente así era. Por ahí se explicaría la candidez del minuto 91. El albinegro Escudero concedió un saque de esquina. Subió alegre el Paterna a rematarlo. Visto lo visto, demasiado, porque Borja prolongó el despeje hacia los pies de Pruden, y Pruden, que andaba a la greña con el mundo en general y con un par de rivales en concreto, emprendió una memorable carrera por el costado izquierdo. Uno, sin duda, de los momentos de la temporada. El amor propio que movió las piernas en molinillo de Pruden se compinchó con la fe que le tuvo Charlie Meseguer, acompañándolo por el carril central. Es el hambre el que remonta partidos, como enseña este Castellón que nunca se abandona. El pase raso de uno lo remató el otro a quemarropa. Rozó el balón el portero, pero entró con suspense, culminando de la manera más simbólica posible el magnífico tramo competitivo de los de Kiko Ramírez. Fue gol, otro más (15 en los últimos seis partidos) fue triunfo, otro más (el sexto consecutivo) y vale de momento, que no es poco viniendo de donde se viene, una plaza de promoción de ascenso.

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