El Ayuntamiento de Vinaròs abrió ayer al público la remodelada plaza del convento de San Francisco, coincidiendo con el décimo quinto aniversario de su derribo.

La mañana del sábado 21 de abril de 2001 los vecinos de Vinaròs se levantaron con una gran polvareda que procedía del derribo del convento de San Francisco. Una acción llevada a cabo por el ayuntamiento que presidía Jacinto Moliner (PP).

Una acción que levantó una segunda polvareda, en esta ocasión política, criticando al criticar la oposición que la demolición del convento se había realizado con «nocturnidad», como recordó ayer el secretario general de los socialistas de Vinaròs, Jordi Romeu, entonces en la oposición.

Romeu recordó que era un edificio municipal y que se encontraba en un estado ruinoso. Para el secretario general de los socialistas, «con una inversión, como se hizo en el convento de San Francisco de Benicarló, se podría haberse reconstruido». «En vez de eso, el alcalde ordenó su demolición, que denunciamos, y que se paralizó por orden judicial, de ahí que queden estos restos que vemos hoy en día», continuó Romeu.

El solar que surgió tras el derribo del antiguo convento quedó protegido por la Conselleria de Cultura, lo que comportó que «en los años siguientes el ayuntamiento no podía disponer de un proyecto para la plaza, lo que ha postergado la posibilidad de que este solar tuviera alguna utilidad».

Un proyecto que al finalizar presentó varias deficiencias, que han quedado ya subsanadas en parte, según dijo ayer el edil socialista y responsable del área de Obras y Servicios, Guillem Alsina. El edil informó que la zona de césped estará cerrada al público, vallada, hasta que se consolide.