La estadística, como ciencia matemática, es una materia relativamente nueva de gran desarrollo en los últimos decenios. Haciendo un compendio de las muchas definiciones que existen, se podría decir que tiene como propósito la recopilación, organización, procesamiento y presentación de datos en forma ordenada para que puedan ser analizados e interpretados. Su análisis e interpretación permite conocer la realidad de las distintas situaciones o variables que se estudien para, en base a ellas, hacer las proyecciones que faciliten la toma de las decisiones pertinentes.

Los entrenadores hacen caso a las ellas cuando les conviene y las suelen mirar de reojo. Dicen que sólo son una referencia y que la realidad es otra. En el caso del duelo Gavà-Castellón del domingo a las 18.30 horas en La Bòbila, catalogado ya como la final de las finales, presenta unas estadísticas un tanto particulares. Por ejemplo: el segundo mejor local del grupo catalán de Tercera se enfrentará contra el mejor visitante del grupo valenciano de la misma categoría. Seguridad local, con peligrosidad visitante.

El Gavà en su campo ha disputado esta temporada 21 encuentros de Liga (19 de la fase regular más dos de la fase de ascenso). Sus partidos se saldaron con once victorias, nueve empates y una única derrota. También destacan esos 42 goles anotados (una media de dos por duelo disputado) y ha encajado 28. El Castellón presume de su peligrosidad en los desplazamientos. Sus 21 partidos jugados hasta la fecha se saldaron con diez triunfos, siete empates y cuatro derrotas. Ha marcado 25 goles y encajado 22.

Tras empatar (2-2) el domingo pasado, al conjunto de la capital de la Plana sólo le vale ganar en La Bòbila o empatar a más de dos goles. A la escuadra del Baix Llobregat le vale con empatar a cero o a un gol, o el triunfo por cualquier diferencia. El empate 2-2 conduciría a la prórroga. Los catalanes tendrá en campo y la afición a su favor, los orelluts el cartel de favorito y el respaldo de su fiel afición.