La tradición y el sentimiento de identidad local volvieron a imponerse en uno de los días grandes de Betxí, el de la romería a la Muntanyeta de Sant Antoni. Unas 4.000 personas, según cálculos oficiales, se trasladaron hasta este emblemático paraje para participar en una jornada de convivencia en la que el patrón del municipio adquiere un protagonismo indiscutible, tal y como explicó el alcalde, Alfred Remolar.

A pesar de las previsiones meteorológicas, que hablaban de una brusca bajada de temperaturas, miles de personas se reunieron en el centro de la localidad para completar el recorrido que les tenía que llevar hasta la ermita del patrón, en una de las montañas más singulares de la plana, convirtiéndola en un referente no solo para los vecinos de Betxí, sino también para los de otras localidades.

Remolar explicó que «como suele ser habitual, muchas personas no hacen la romería, pero sí que se suman a la fiesta subiendo por su cuenta a la Muntanyeta». El objetivo de todos es el mismo, disfrutar del ambiente festivo y de las tradicionales hogueras, aunque en ese aspecto el tiempo sí que dificultó el normal desarrollo de las actividades dado que, como confirmó el alcalde, «sobre el medio día se giró el viento, obligando a los bomberos a que paralizaran algunas hogueras», sin embargo, el clima dio una tregua y los participantes en la celebración pudieron completar la romería sin más inconvenientes.

Entre los asistentes, Alfred Remolar destacó la presencia del Enric Nomdedéu, del alcalde de l'Alcora, Víctor García y de la secretaria general del Bloc, Águeda Nicó, que se sumaron a la festividad como tres romeros más.

Para los vecinos de Betxí, la festividad de Sant Antoni es especial porque «el pueblo sale a una», describió el alcalde.

Los Quintos del 2017, los jóvenes que cumplen los 18 años. fueron los encargados de trasladar la imagen del patrón desde la parroquia hasta la ermita, así como en el camino inverso.