Más de la mitad de los funcionarios de prisiones destinados a la cárcel Castellón II, ubicada en Albocàsser (L´Alt Maestrat) pidió a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias la salida de esta prisión en el concurso de traslado convocado el pasado mes de mayo. En concreto, el 60% de los funcionarios de prisiones de Albocàsser pidió este traslado, una tendencia generalizada en los centros penitenciarios valencianos y que los sindicatos han denunciado con vehemencia este verano.

En este sentido, CSI-F, UGT, CCOO y la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones y Funciones de Prisiones Unidos denunciaron en junio que en la Comunidad Valenciana existen en estos momentos un total de 312 plazas pendientes de cubrir. Un hecho que en la prisión de l´Alt Maestrat llega a ser «alarmante», según apuntaron, porque las necesidades de personal alcanzan hasta el 40% de la actual plantilla.

Por su parte, la Agrupación de los Cuerpos de Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) inició una serie de acciones de reivindicación ante las sucesivas delegaciones del Gobierno para denunciar las agresiones que sufren los funcionarios, entre otros problemas como la falta de personal y la saturación, en concreto, de los centros penitenciarios. A este respecto, el sindicato asegura que en el conjunto del sistema de prisiones en la Comunidad Valenciana casi llega a duplicarse el número de presos en relación a la capacidad de la infraestructura. Acaip denunció que la situación de más riesgo se encuentra en Picassent (L´Horta Sud) con cerca de 2.300 internos «en una prisión que no debería superar las 1.400», según indicaron desde el sindicato. De hecho, esta formación cifra en una masificación del 166% la situación en las 6 cárceles valencianas.

En este sentido, los sindicatos denunciaron que ante la falta de personal de farmacia son los propios funcionarios de Albocàsser quienes suministran las dosis de metadona a los reclusos que las necesitan. En total, los centros de reclusos valencianos acogen a un total de 6.635 presos, de las 60.121 personas en régimen de privación de libertad que están internos en el estado español, según los últimos datos facilitados por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias correspondientes al 21 de agosto de 2017. Es decir, los seis centros penitenciarios ubicados en la Comunidad Valenciana acogen el 11% de la población reclusa en el estado español y la cuarta con más internos. Andalucía es la región con más presos, con un total de 13.889 reclusos, mientras que Catalunya acoge a 8.606 personas y Madrid, 7.740.

Instituciones penitenciarias ha construido tres infraestructuras en las comarcas de Castelló, entre las que se encuentran los dos centros penitenciarios, Castelló I y Castelló II (Albocàsser), con una capacidad de 1.712 celdas entre ambas. Destaca que la prisión de Albocàsser duplica con creces las plazas de Castelló, con 1214 celdas por 498.

En estas cifras se suman tanto celdas corrientes como celdas complementarias. Así mismo, el territorio dispone también de un Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas.

Petición en Les Corts

La diputada de Compromís y alcaldesa de Vistabella (L´Alcalatén), Belén Bachero, y el síndic de este grupo parlamentario, Fran Ferri, registrarán una Proposición No de Ley en les Corts en la que instan al Consell a reclamar a la Dirección General de Política Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, una oferta extraordinaria de empleo «para solucionar el déficit de personal penitenciario» en la Comunidad Valenciana.

A este respecto, los diputados de Compromís se hacen eco de las reivindicaciones de los diversos sindicatos de funcionarios y denuncian tanto la falta de personal como la masificación y la conflictividad en las prisiones de la Comunidad Valenciana.

En este sentido, la Proposición No de Ley presentada por Compromís también recoge la petición al Consell para que reclame a su vez al Ministerio del Interior el «estudio de mecanismos para reducir la masificación de las prisiones valencianas, así como para minorar la conflictividad».