Es cuestión de horas que las calles de Segorbe se llenen de miles de almas para presenciar la primera de sus internacionales Entradas de Toros y Caballos. Puntuales a su cita, a las dos de la tarde, segorbinos y visitantes escribirán en la calle Colón de la localidad una nueva página en la historia de Segorbe donde, un año más, toros, caballos, jinetes y público vivirán, sentirán y vibrarán con el primer día de Entradas de la semana taurina, declaradas de interés turístico internacional.

Y ha sido cuestión de horas lo que ha costado cambiar la fisonomía de las calles donde, hace apenas unas horas se respiraba el aroma de las fiestas patronales que da paso hoy, al característico aroma taurino. Y en cuestión de horas, Segorbe dejó ayer atrás la alfombra de murta que a primera hora del domingo cubría Colón y la Cueva Santa para la celebración de su tradicional Enramada, para sustituirla por miles y miles de kilos de la tradicional arena de San Julián.

Y también en cuestión de horas, algunos de los caballos que ayer portaban a las jóvenes de la Corte y a las Reinas a sus lomos repartiendo entre miles de segorbinos caramelos, realizarán hoy el mismo recorrido. Esta vez, capitaneados por sus jinetes para guiar a la manada de astados desde la plaza de los Mesones a la de la Cueva Santa. Unos 450 metros de recorrido por los que trascurre, en cuestión de segundos, la fiesta más querida por los segorbinos, su tarjeta de presentación y su carta de diferenciación: la Entrada de Toros y Caballos. La procesión de la Virgen a su paso por la plaza de la Cueva Santa marcó ayer, a última hora de la tarde, el punto y seguido a la celebración de las fiestas patronales de Segorbe.

Tras ella, los primeros grupos comenzaron a montar sus entablaos, que conforman la particular idiosincrasia de la plaza de toros segorbina donde, a partir de esta misma tarde, comenzarán las tardes de toros.

Máxima expectación

Horas antes, Segorbe despertó ayer con el aroma de la pólvora y el sonido de las campanas para vivir uno de los actos más mágicos de las fiestas, la Enramada.

Las caras de sueño de cientos de niños y mayores que despertaron para la ocasión contrastaban con las de los jóvenes que todavía continuaban la fiesta de la noche anterior en una abarrotada calle Colón repleta de expectación para presenciar esta colorida y alegre tradición. Sobre la improvisada alfombra de murta un desfile de carros y caballos pasearon por el recorrido con las Reinas de las fiestas, Ángela Mínguez y Alba Lereu, así como con sus respectivas damas y cortes de honor.

Acompañadas por los miembros de la Comisión de fiestas las protagonistas lanzaron a su paso dulces, caramelos y chucherías entre la petición de los miles de pequeños y mayores que no faltaron a esta cita. A mediodía, una mascletà dio paso por la tarde a la celebración de la misa pontifical. Como colofón a las fiestas patronales el cielo de Segorbe se iluminó durante unos minutos con el color de los fuegos artificiales.