La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, defendió ayer el cambio de nombre de la ciudad a 'Castelló' por una cuestión de «reversión histórica» y de devolverle «su nombre original, aunque ha indicado que para hacerlo es necesario que haya «consenso». «No es una cuestión lingüística, sino histórica», reivindicó.

Así lo indicó en el transcurso del desayuno informativo del Foro Europa-Tribuna Mediterránea, al ser preguntada por la propuesta del Ayuntamiento de Castelló de promover en el próximo pleno la aprobación del inicio de los trámites para la «normalización» del nombre de la ciudad.

En su intervención, la primera edil indicó que el «nombre original» de la ciudad es 'Castelló', como así lo acreditan varios informes. Por tanto, remarcó que se trata de una cuestión «histórica y no lingüística». Según señaló, «es una cuestión de reversión histórica y de ir al nombre original de la ciudad», subrayó Marco, que añadió que, para hacer el cambio de nombre, «debería de haber un consenso» porque ello supondría que habrá una «perdurabilidad del nombre de la ciudad en el tiempo». «Lo que no tiene consenso tiene el riesgo de ser revertido a corto plazo», puntualizó. Por ello, insistió en que desde el equipo de gobierno municipal lo que se pretende con esta propuesta es «devolver a Castelló su nombre histórico» y «el origen de sus tiempos, pero con consensos».

Coalición con Compromís

La alcaldesa por otro lado, consideró «muy positiva» la experiencia de gobierno municipal en coalición con Compromís, y con el apoyo de Castelló en Moviment a través del denominado Pacte del Grau, tras «24 años de gobierno del PP y de mayorías absolutas». «Tener que confluir necesariamente por el bien de Castelló siempre es positivo y suma, no resta», consideró.

A su juicio, «el cambio hacia un gobierno de diálogo, en el que permanentemente cometes errores y tienes que reorientarte, el ver otras perspectivas e ideologías y tener que confluir necesariamente por el bien de Castelló, siempre es positivo y suma, no resta».

Por otro lado y cuestionada por si está preocupada por las encuestas que apuntan a una mayoría en la ciudad con la suma PP y Cs, Marco negó este extremo y subrayó que las últimas elecciones «demostraron que las encuestas sirven para bien poco». «La mejor encuesta es el escrutinio del último voto puesto en una urna y, por lo tanto, los ciudadanos hablarán en su momento y veremos cual es la correlación de fuerzas en la ciudad», indicó. De este modo, manifestó que su única inquietud es hacer «las cosas bien» y que los castellonenses «estén contentos con el equipo de gobierno y vean que la ciudad va bien». «Serán los ciudadanos los que decidan qué gobierno quieren en el 2019», zanjó.

Por último, Marco destacó como el mayor reto del mandato la puesta en marcha del nuevo Plan General, ahora en fase de información pública, que recoge «una nueva manera de entender el urbanismo como la perspectiva de género o la apuesta por la movilidad sostenible y racional»