Teresa Juan-Mompó, Alzira

Treinta agricultores de Benifaió han encontrado este año su media naranja, o medio caqui, o media col... El banco de tierra municipal ha permitido ya, en un año de funcionamiento, emparejar a una treintena de personas -principalmente, terratenientes y jóvenes agricultores- con el objetivo de reducir el número de campos abandonados y aumentar la rentabilidad del trabajo de los más jóvenes. Esta cifra es más del doble de los tratos cerrados en febrero de 2008, sólo un mes después del arranque formal de esta iniciativa, promovida por el Ayuntamiento de Benifaió en su intento por controlar el creciente abandono de campos. Como recuerda el concejal del ramo, José Vicente Alepuz, "un campo abandonado es un vertedero" en torno al cual proliferan las plagas.

Ahora el proyecto comienza a gestionar tierras de municipios vecinos, como Picassent o Sollana, cuyos propietarios son benifaionenses que, tras conocer de la iniciativa, han ofrecido sus tierras. El banco de tierra funciona: ya son 80 las hanegadas que se han arrendado, 30 los beneficiados y una docena las hanegadas que han pasado de ser perduts a campos en plena producción.

Las parcelas más buscadas

Los principales interesados son los jóvenes agricultores. Muchos de ellos "muestran interés por todo lo que salga", dice el regidor, aunque los campos que se arriendan con mayor facilidad son los de dimensiones superiores a las 4 hanegadas. "Por debajo de eso, es difícil encontrar a gente que quiera trabajarlos", dice.

El banco de tierra pone en contacto a los propietarios de terrenos que no pueden o no quieren cultivarlos con los trabajadores que desean trabajar más tierras. Su labor ha impulsado la implantación del caqui en Benifaió, en expansión por la crisis citrícola. Del total de terrenos arrendados, 25 hanegadas se han dedicado a la producción de caqui, de la que se encarga la cooperativa agrícola de Benifaió, Cohoca.

El "oro" verde

Sin embargo, la gran parte de estas parcelas se destina a la producción de verduras (coles, escarolas, etc), un sector en el que Benifaió es puntero. También ganan terreno las plantaciones de remolachas, después de que los productores hayan alcanzado un acuerdo con la industria local Secna, que las aprovecha para la fabricación de colorantes.

El concejal espera que la reconversión varietal auspiciada por el Ministerio de Medio Ambiente amplíe las posibilidades de recuperación de los campos baldíos y, por tanto, dé trabajo para los jóvenes agricultores. Asimismo, confía en que el próximo mes, se pueda alcanzar un total de 100 hanegadas arrendadas a través del banco de tierra.