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¿Cómo llega un carcagentino a la Moncloa?

Era funcionario del Cuerpo Superior de Administradores del Estado, había trabajado en el Ministerio de Educación varios años y ya giraba en la órbita del PSOE. Cuando ganó en 1982, se creó el Gabinete de la Presidencia en Moncloa y me encargué de la política universitaria en ese Gabinete. Soy probablemente el cargo político que más tiempo ha estado en la Moncloa, en el primer gabinete del presidente González, volví como secretario de Relaciones con las Cortes y, la última vez, cuando ganó las elecciones Zapatero.

¿Qué virtudes tiene para que le reclamen siempre?

Queda mal decirlo, pero siento que estoy bien considerado profesionalmente por mis jefes, que han sido de lo más granado del socialismo español: Felipe González, Javier Solana, Alfredo Pérez Rubalcaba...

¿Zapatero o Felipe?

Son dos políticos distintos para dos Españas distintas. El proyecto político de González era el de los años 80, consolidar la democracia, desarrollar económicamente el país, el Estado del Bienestar y ponernos en la onda europea. Zapatero llega 22 años después, con una España radicalmente distinta. Personalmente son muy distintos, González tiene más densidad personal por sí mismo; y Zapatero ha demostrado que tiene capacidad de generar consensos aunque se haya visto deteriorado por la crisis.

Su nombre sonó para ministro en 2008, ¿le hubiera gustado saltar desde el segundo escalón?

Siempre depende de quién está por encima. En la última crisis del Gobierno se publicó que podía ir como ministro de Educación o Administraciones Públicas pero yo nunca lo he sentido. Sería una falsa humildad decir que me es completamente indiferente. Pero lo cierto es que tampoco siento ninguna frustración.

En sus años en Moncloa ¿qué fuego le ha tocado apagar?

Fui secretario de Relaciones con las Cortes en la última etapa de González. Un periodo convulso. Se crearon varias comisiones de investigación: caso Roldán, los papeles del Cesid... fue una etapa dura. Pero mi tarea está más asociada a la producción de ideas políticas.

Con las ideas se pueden apagar fuegos o encenderlos...

En ese sentido, gran parte de mi trabajo en la última legislatura ha sido la elaboración de discursos políticos del presidente.

¿Tiene usted algo que ver con el talante?

Si la pregunta es si yo soy el creador de la doctrina del talante, no. Es el mismo Zapatero, se identifica personalmente con el talante.

Usted forma parte del área de estrategia del PSOE en Madrid ¿qué recomendaría a Alarte ?

Sería pretencioso hacer una recomendación, pero hay cuestiones similares en Valencia y en Madrid. En el año y medio que queda, el PSPV debe centrarse en tres asuntos en los que se basa la fortaleza del PP: hay que hacer ver a la gente que frente a la crisis, las políticas socialistas son mucho más intensas que la del PP donde gobierna; que frente el victimismo del PP valenciano, los datos de inversiones de los Gobiernos del PP y el PSOE en la Comunitat Valenciana lo desmienten; y, por último, que los valores que defiende el PSPV son más cercanos a la gente. Y hay que hacerlo, acercándose a la gente porque el problema no son los hechos, sino explicarlos y en la Comunitat hay un régimen mediático, el de Canal 9, que reescribe los hechos, los redibuja o los oculta.

¿Alarte es un buen líder?

Es un buen líder porque es el líder que han querido los socialistas valencianos.

¿Hay socialistas valencianos desaprovechados?

Estoy seguro que conforme se avance en la configuración de equipos para las elecciones de 2011 habrá integración. Mi perspectiva es incorporar a gente que ha estado y no está, que podría estar y no se ha atrevido a estar y que estando, no tiene la dimensión de trabajo que tendría de cara a unas elecciones.

¿Algún nombre?

É.

¿Cómo definiría la política educativa del Consell?

Esotérica e ineficaz. Esotérica porque se focaliza en problemas inexistentes, como por ejemplo, la Ciudadanía en inglés. Ineficaz, porque los datos demuestran que por inversión por alumno la Comunitat Valenciana está entre las últimas y, en fracaso escolar, entre las primeras. Todavía hay unos cuantos miles de niños valencianos que están escolarizados en barracones.

¿Cómo se ve España desde Europa?

Muy crispada. Honestamente creo que una gran parte de la responsabilidad la tiene la derecha española porque no es exactamente el promedio de la derecha europea. La derecha en España es muy confrontativa, ninguna victoria socialista desde el 1982 ha sido reconocida por la oposición, después de cada victoria empieza la estrategia de deslegitimización,

Usted iría donde lo mandaran, por ejemplo, ¿a Valencia?

Siempre he sido disciplinado. Yo he tenido vínculos con el partido aquí en Valencia y recientemente intervine en la ponencia política del Congreso del PSPV, pero creo que hay una cierta conciencia de que yo soy un valenciano que hace política en Madrid. En Madrid puedo hacer política valenciana pero nadie me ve como un político que hace política en Valencia.

¿Y usted se ve?

Me veo como miembro del Parlamento Europeo.