Los ladrones escogieron bien y, de un rebaño de 350 ovejas, se llevaron las que se cotizan mejor, las más jóvenes. Además, anularon con gracia el cencerro de una cabra que podría haberles delatado. "Debían conocer el terreno que pisaban. No se equivocaron", decía indignado a Levante-EMV su propietario, Miguel Conejos.

La acción se produjo de madrugada en el cercado que este pastor posee a las afueras de Petrés y le dejó unas pérdidas valoradas en 4.100 euros; una cantidad "muy alta", a su juicio, y más teniendo en cuenta que carecía de cualquier seguro. Según relataba: "Las primas que te cobran son tan altas que no lo tenía contratado. Me habían robado otras veces, pero ya hacía más de dos años y el problema es que cuando ves que está todo tranquilo, te confías".

Miguel admite, sin embargo, que nunca le habían quitado a la vez tantos animales. "Esto no me había pasado nunca. Debieron venir con un camión mediano o con dos furgonetas, pero nadie oyó nada", decía tras consultar a algunos vecinos.

El pastor detectó el robo en cuanto acudió de buena mañana a atender a sus ovejas y se dio cuenta de que no oía el cencerro de la cabra. "Eso enseguida me extrañó y, al verla de lejos, pensé que se le habría enganchado un bote o algo. Luego ya vi que lo habían rellenado con bolas de papel de periódico para impedir que sonara y eso pudiera delatarles. Y eso me dejó claro que algo había ocurrido", decía.

Sus peores temores se confirmaron cuando detectó que su oveja Mansa ya no le seguía como hacía todos los días. "Al darme cuenta de que no estaba ya las conté y me dí cuenta de que había sido un robo pero de los de categoría", aseguraba.

La última vez que le habían robado tanto ganado fue hace tres o cuatro años cuando le quitaron unas 19 ovejas. Entonces durmió luego varios días con ellas para evitar más sustracciones. Ahora ha optado por trasladar al rebaño a un lugar más seguro.