Si en 2009 se celebraban cuatro siglos de la expulsión de los moriscos y hace unos meses se conmemoraba la toma de posesión de la baronía de Olocau, Marines y Gátova, esta semana se recuerda que hace ahora 400 años llegaron a la Vall del Carraixet los primeros repobladores cristianos. Y para ello, l'Institut d'Estudis Comarcals del Camp de Túria preparó ayer una serie de actos festivos, con un itinerario a pie hasta Olla y comida en Marines Viejo, que contó además con la actuación de bandas de música de las tres localidades, bailes populares, cantos de "albaes" y jotas y charlas.

Se evoca así la firma de la segunda Carta Pobla de la Vall de Olocau, Marines y Gátova en 1611 por el barón Alonso de Vilaragut, dejando manifiesta la fundación jurídica de la nueva comunidad y regulando los derechos y obligaciones del señor y sus vasallos en aquellas tierras ávidas de población tras la expulsión de los moriscos en 1609. Precisamente en el acto de la toma de posesión de Vilaragut, meses antes, aparecen por primera vez los nombres y apellidos de los cristianos viejos, 31 linajes en total, que llegaron a las casas de la baronía.

De algunos de ellos descienden los actuales habitantes de las tres villas como los Arnau, en Marines y Olocau, los mallorquines Pasqual o el vasco Alambiaga --del original Arambillaga--, entre otros.

Los repobladores recibían una casa y varios campos en propiedad que debían trabajar a cambio de no abandonarlas en un término de tres años bajo pena de confiscación de los bienes entregados. Como contraprestación, el señor recibía parte de la cosecha de frutas recogida y un censo en dinero metálico que se pagaba por San Juan y por Navidad.

A pesar de todas las obligaciones, según Zurriaga, las condiciones de los nuevos vecinos "fueron más ventajosas de las que pudieron disfrutar los moriscos".Pero el proceso de asentamiento no fue uniforme en toda la Vall del Carraixet, al igual que en otras zonas de los valles de las montañas valencianas, donde se tardó casi un siglo en recuperar la misma población anterior a la expulsión.

La sequía que asoló la zona en aquellos primeros años del siglo XVII provocó que muchos de sus repobladores abandonaran las tierras. Marines y Olocau sufrieron una ida y venida de estirpes más allá de la primera mitad del siglo, no así en Gátova donde la población se mantuvo estable. Pero no fue hasta 1660 cuando se constatan los linajes arraigados en toda la Vall que a día de hoy todavía persisten y cuyos descendientes celebran ahora su llegada.

Pastores de Teruel transhumantes

El origen de los nuevos pobladores no es fácil de establecer ya que, al contrario que en otras Cartas Pobla, la de la Vall no recoge sus procedencias. Según el cronista de Olocau y miembro de l'Institut d'Estudios Comarcals, Ferran Zurriaga, podrían haber llegado varios linajes de Mallorca de donde los Vilaragut eran virreyes. Pero el grupo más numeroso de repobladores es, sin duda, el formado por los pastores de ganado trashumante originarios de Teruel que tradicionalmente habían pasado los inviernos en la Vall, huyendo del frío aragonés. Asimismo llegaron a la zona nativos del Regne de València, viejos jornaleros de poblaciones como Llíria o Segorbe y agricultores de l'Horta que vieron en el repoblamiento una manera de prosperar convirtiéndose en propietarios de casas y tierras.