Con el objetivo de democratizar los ayuntamientos y quitarles el estigma del franquismo para convertirlos en "instituciones de todos", en el mandato de 1979 a 1983 los primeros alcaldes tuvieron que adoptar diversas medidas. En el caso de Alaquàs, una de las primeras que impulsó Albert Taberner, vencedor de las elecciones con el Partido Comunista de España (PCE), con la complicidad del PSOE, fue suprimir el atributo del alcalde y, por extensión, de la corporación municipal, de presidir las procesiones religiosas.

En palabras del propio Taberner, "se trataba de respetar los ámbitos que correspondían a cada institución y como la Constitución establece un Estado aconfesional, era necesario separar las administraciones públicas, que son de todos, de una manifestación religiosa que, si bien puede ser de muchos, no es de todos", afirma el exalcalde.

"La gente nos felicitó"

En aquel momento se adoptó un acuerdo por el pleno y la consecuencia fue que "la gente quedó muy contenta y nos felicitó", recuerda Taberner. Los agradecimientos vinieron "de la propia Iglesia, en primer lugar, que quería tener el protagonismo que le correspondía a ella y no al ayuntamiento, de los clavarios, del juez de paz y de otras instituciones".

Alaquàs ha hecho bandera de esta norma durante más de 30 años y sólo en dos ocasiones se han adoptado acuerdos excepcionales vinculados a efemérides de los patronos de la población: el 700 aniversario del culto a la Virgen del Olivar en Alaquàs-las fiestas culminaron casi dos años de celebraciones y el consistorio fue uno más de los colectivos e instituciones que los coorganizaron dentro de la entidad Mare de Déu de l'Olivar 700 anys- y el V centenario de la muerte de Sant Francesc de Paula. En ambos casos, hubo acuerdos de pleno o del órgano correspondiente para establecer la excepcionalidad.

Pero este pasado domingo, sin ningún acontecimiento histórico que conmemorar y con las elecciones municipales a pocos días, la alcaldesa socialista Elvira García, con la vara de mando en la mano, y el portavoz popular Antonio Monzó, así como la mayoría de concejales, presidieron formados la procesión.

La decisión se adoptó esa misma mañana en la misa del patrón. La alcaldesa informó a Monzó que existía una petición "insistente" de la Tercera Orden Mínima Seglar de Sant Francesc para que participaran. Aunque inicialmente se pretendía convocar una junta de portavoces, dado que el edil socialista estaba fuera, el asunto se resolvió con una simple consulta.

El PP no quiere improvisaciones

Monzó estuvo de acuerdo porque su grupo piensa que "ha llegado el momento de abordar este asunto y que no sea de forma improvisada sino que la corporación vuelva a presidir todas las procesiones, para apoyar a los festeros y clavarios". Antonio Monzó cree que el domingo "se sentó un precedente y ahora no se podrá decir que no a otros".

García dice que la Orden de Sant Francesc se lo pidió con insistencia

La socialista Elvira García explica que "no se trata de cambiar la norma sino que fue un acuerdo puntual a petición de los Mínimos y consensuado con los dos grupos políticos de la corporación". "Nunca vamos a estar en un sitio que no nos invitan. La iniciativa fue de los Mínimos. Ya lo habían pedido antes, pero en este caso fue de forma insistente", añade. Aunque existía un acuerdo plenario de 1979, Elvira García no creyó necesario reunir al pleno para derogarlo "porque era un tema puntual, y si se plantea en el futuro cambiar la norma que rige en Alaquàs, no puede ser a punto de acabar un mandato sino que le corresponde a la corporación futura decidir en qué condiciones".

La medida fue asumida por la mayoría de los integrantes de la corporación, aunque generó malestar en alguno de los ediles de ambos grupos. Así es que tras la Orden de Mínimos y la imagen de Sant Francesc desfilaron la alcaldesa y los concejales. Por el PSPV fallaron el portavoz, Vicent Soriano, y la edila Cristina Blasco. Y por el PP excusó su presencia por un compromiso anterior el edil Honorat Cases.