La investidura de Arturo Torró como alcalde de Gandia no será retransmitida a través de una pantalla gigante instalada en la misma plaza Major, como inicialmente era su deseo. Hace unos días Torró solicitó al ayuntamiento que, en previsión de una gran afluencia de público, se colocara una pantalla, dado que el salón de actos municipal apenas si alcanza para unas doscientas personas, número al que cabe restar a los invitados, generalmente familiares de los concejales, que se sentarán en las primeras filas, como es habitual en el inicio de cada legislatura.

Tras la reunión que mantuvieron ayer los partidos que formarán la próxima corporación con el alcalde en funciones de la ciudad, José Manuel Orengo, Torró renunció a instalar la pantalla que había pedido. En la rectificación de Torró ha influido el precio de la pantalla, que habría rondado entre los 2.000 y los 2.500 euros.

Por otra parte, Arturo Torró solicitó ayer un ejemplar de la Biblia entre los libros sobre los que se juran o prometen los cargos. Con ese gesto, quiere volver a expresar su catolicismo practicante desde el cargo que va a ocupar, algo que ya hizo el viernes pasado, cuando encabezó la delegación del PP que pidió una misa de acción de gracias por el triunfo en las elecciones.