El bocado a un trozo de carne resultó letal para el perro de Nuria. Falleció a los diez minutos. Se trata de uno de los muchos casos de mascotas víctimas de envenenamientos que se han dado en las últimas semanas en los alrededores de la montaña del Benicadell, en la sierra que rodea la localidad de Atzeneta d´Albaida. Los tres canes a los que Nuria paseaba cayeron presas del veneno. Dos de ellos han sobrevivido, aunque para ello han tenido que pasar por un auténtico calvario. Tras cuatro días entubados y sin dejar de vomitar sangre, fueron dados de alta. Los síntomas revelan la gravedad de la sustancia utilizada.

En la zona cunde la alarma. Alrededor de una decena de vecinos de la zona habrían perdido a sus mascotas por las mismas causas, tal como revela la Protectora de Animales de la Vall d´Albaida, que ya ha puesto los hechos en conocimiento del Seprona y de la Guardia Civil. «Al menos 40 guardas forestales están en alerta: hay que poner fin a esto», alertan desde la organización.

Las primeras pesquisas indican que el responsable podría ser un cazador, que habría inyectado el veneno en cebos para atraer a animales salvajes. La estricnina parece estar detrás del fallecimiento de Moly, la perra de Nuria. Así lo determinaron las pruebas clínicas que efectuadas por un veterinario tras su muerte.