La mendicidad se ha convertido en el último motivo de sanción entre la larga lista aplicada durante los últimos meses por la Policía Local de Canet d'En Berenguer. Al botellón, los daños al mobiliario urbano o la cesión irregular en los derechos de venta sedentaria se ha unido ahora la denuncia por una práctica prohibida de forma generalizada en las ordenanzas municipales de seguridad y convivencia, pero que nunca antes había sido objeto de una multa en El Camp de Morvedre. Ahora, Canet no ha puesto una multa por pedir dinero. Ha tramitado dos en un mes.

La primera se interpuso el 26 de julio sobre las 10.30 horas, cuando los agentes de la policía propusieron un castigo de 120 euros a R.S.C., por dedicarse a pedir limosna en un supermercado del núcleo de la playa. Según se explica en el procedimiento sancionador, la supuesta infracción afectaba al precepto recogido en la ordenanza por el cual están prohibidas las "conductas que adoptan forma de mendicidad insistente, intrusiva o agresiva, así como organizada, sea ésta directa o encubierta bajo prestación de pequeños servicios no solicitados".

Esta práctica mereció la consideración de falta leve al calibrar los agentes "la intensidad de las perturbaciones ocasionadas en la tranquilidad de otras personas, la salubridad pública, el uso de un espacio común o los daños en equipamientos, infraestructuras e instalaciones".

Después de que el alcalde y máximo responsable de la Policía Local de Canet, Leandro Benito, firmara el 10 de agosto la resolución de alcaldía de este procedimiento sancionador y sin que se pudiera dar traslado al denunciado, los agentes propusieron otra sanción a la misma persona el 26 de agosto a las 11.58. Además de repetir los motivos del primer expediente, la policía de Canet añadió entre sus observaciones la práctica de la mendicidad "de manera persistente", así como que R.S.C. había desatendido los "reiterados avisos" sobre la prohibición de mendigar en las calles de Canet. Benito explica que "recibimos numerosas quejas de usuarios, así como de los responsables del establecimiento comercial, así que nos limitamos a aplicar la ordenanza". En cualquier caso, el presidente de la corporación local señala que "los policías no recibieron ninguna instrucción concreta, porque ellos ya saben aplicar la normativa". Benito también apunta que el sancionado "además de pedir dinero, tenía todos sus trastos en la zona, ya que dormía por allí". Como ocurrió en el primer caso, esta propuesta de sanción ascendía a 120 euros y el ayuntamiento trata ahora de hacer llegar al presunto infractor la comunicación de la multa para hacerla efectiva.