Tras la última sesión plenaria de Alaquàs, que acabó con un fuerte enfrentamiento y algún insulto entre el portavoz del grupo municipal popular, Pepe Pons, y el exedil de esta formación Honorat Cases, hoy en el grupo de los no adscritos, la alcaldesa socialista llevó ayer al pleno una declaración institucional que incluye un código ético. El objetivo es evitar que esta situación vuelva a repetirse e incluso llegue a mayores. En aquel pleno, Pons dijo que en otros municipios los hijos de los ediles que abandonaban un partido «perdían hasta el apodo y pasaban ser conocidos como los hijos de los tránsfugas». Y la respuesta del edil que dejó el PP hace seis meses, Honorat Cases, le llamó reiteradamente «mamón». En ese pleno se daba cuenta de la segunda renuncia en las filas del PP.

En el texto, Elvira García recuerda a los concejales que han de observar «la debida cortesía en los debates de órganos colegiados» como en este caso el pleno. En este sentido, les insta a «abstenerse de proferir palabras o conceptos ofensivos al decoro, de la corporación o de sus miembros, de las instituciones públicas o de cualquier otra persona o entidad».

Éste es uno de los siete puntos que incluye este código. Los restantes hablan de respetar la Constitución y el resto de normas que integran el ordenamiento jurídico, defender «los intereses generales» desde la «imparcialidad», aplicar un principio de lealtad «con los ciudadanos y compañeros de la corporación», y respetar los derechos fundamentales evitando la discriminación de cualquier tipo. En la declaración institucional aparece otro apartado que insta a a los concejales a no aceptar ningún trato de favor ni situación que implique privilegio injustificado.

Por otro lado, la declaración institucional también avanza que la alcaldesa ha encargado al secretario la redacción de un reglamento de funcionamiento del pleno, con el compromiso de trabajar después el borrador con los grupos municipales y consensuarlo con ellos.

En el pleno de ayer, el edil de Bloc-Verds, Vicent Forment, dijo que hubiera preferido una junta de portavoces para analizar lo que pasó en el pleno anterior aunque respaldó la declaración. Matizó que el pleno pasado no fue el único donde se faltó al respeto y recordó el de investidura, donde militantes del PP le abuchearon e insultaron por apoyar a la alcaldesa socialista.

Pepe Pons negó haber insultado a nadie en el pleno pasado. Sin embargo, aseguró que su grupo había sido «descalificado» y recibido «el insulto más primario» en otras sesiones, aunque no se habían quejado porque «no ofende el que quiere sino el que puede». Pons defendió que tildar a un edil de «tránsfuga» no es un insulto sino «una realidad». Y posteriormente instó a la alcaldesa a cumplir el código de buenas prácticas de la Federación de Municipios y Provincias respecto a los tránsfugas.