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La sobreexplotación de acuíferos del Júcar en La Mancha Oriental y el nuevo ciclo seco de la cuenca hidrográfica plantean serias amenazas sobre el equilibrio medioambiental del tramo final del río. Levante-EMV ha recorrido los ullals de Albalat, los afloramientos naturales que llevan agua limpia a l´Albufera.

Hay tantos nacimientos que ni siquiera existe un cálculo exacto. «Aquí siempre hemos tenido agua por condena», apunta el alcalde, Batiste Ferrando. Sin embargo, en los últimos años la capa freática ha descendido y algunos ullals han reducido su caudal a la mínima expresión cuando no han desaparecido.

El responsable de la Unió, Josep Grau, advierte de la merma del agua que llega a l´Albufera de los nacimientos naturales: «El parque y el lago apenas se regeneran cuando hace unos años lo hacían una docena de veces. Es un problema grave», señala.

Según los cálculos ya no brota ni el 25% del agua que salía de forma natural en distintos puntos del término hace tan solo 20 años. «En otras épocas, tanta agua era un problema, pero ahora tenemos hasta dificultades para llenar la marjal», explican. «En diez años se ha producido una explotación brutal del río. La agricultura ya no es un negocio, pero el agua, sí», dice el presidente de la Mancomunitat de la Ribera Baixa.

Albalat forma parte del parque natural de la Albufera desde 1986 precisamente por las aportaciones de agua que realiza. «El término de Albalat es todo un ullal, hasta el campanario está sobre un afloramiento», asegura Ferrando.

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) considera «vitales» estos brolladores para entender paisajes cuya pervivencia está amenazada.