Una cosa es reconstruir un monumento en ruinas (técnica conocida en arqueología como anastilosis) y otra bien distinta levantar casi de la nada una iglesia derruida a principios del siglo XVIII. De la bóveda del templo gótico de Santa Maria de la Vila Vella de Dénia, sólo se han conservado doce piedras de las más de 160 que la formaban. Han bastado para reconstruirla virtualmente. Por suerte, entre esas piezas estaban la clave polar (central), las de terceletes y varias dovelas. Han aportado información esencial sobre una bóveda que ahora se sabe que fue de crucería estrellada.

El profesor de la Universitat Politècnica de València, Juan Carlos Navarro Fajardo, ha coordinado esta investigación, que se incluye en el proyecto de Trazas y monteas de la arquitectura. Bóvedas del Renacimiento valenciano. Financiado por el Gobierno central a través del plan nacional de I+D+i, el proyecto ha combinado la tecnología más vanguardista de escaneado láser en 3D y la metodología clásica de buscar modelos en los tratados de cantería medieval.

Navarro Fajardo explicó ayer, junto al arqueólogo municipal Josep Antoni Gisbert y la concejala de Cultura, Pepa Font, las conclusiones de esta investigación. "Nos hemos puesto en el lugar del cantero medieval", dijo. "La clave polar nos ha dado casi toda la información. Hemos sacado los ángulos de las nervaduras y hemos llegado a la conclusión de que era una bóveda de planta cuadrada". El espacio entre las nervaduras estaba cubierto con plementaría de ladrillo. "Es una hipótesis, pero bastante fundada", precisó el profesor de la Politècnica.

Los modelos reales también han arrojado luz sobre cómo era la iglesia de la Vila Vella, construida en el siglo XIV. Navarro Fajardo precisó que está bóveda es "muy similar" a las de la iglesia de Sant Bertomeu de Xàbia, cuyo arquitecto fue Domingo de Urteaga, y la del Corpus Christi de Llutxent. Para su reconstrucción virtual se acudió también al tratado de arquitectura de Alonso de Vandelvira, del siglo XVI.

Pero la iglesia de Santa Maria todavía cobrará más forma. "Hemos empezado la obra por el tejado", señaló Gisbert, que ha investigado sobre la planta y la localización exacta del templo en el entorno del castillo. El arqueólogo ha dado con un manuscrito del siglo XIX de Carlos Vallés, que fue párroco de la iglesia de l'Assumpció. Este religioso describe con precisión como fue el templo de la Vila Vella. "Nos va a permitir dibujar la planta de la iglesia y localizar el altar mayor y la pila bautismal", avanzó.