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La riqueza histórica y monumental de Sagunt le ha dejado largos periodos en los que solo unos pocos apreciaban el valor de los restos encontrados de época ibérica, romana o medieval. Sin embargo, el tesón y convencimiento de quienes crearon el Centro Arqueológico de Sagunt en 1957 llevaron a la entidad a atesorar un gran legado sobre la ciudad que tiene una particularidad respecto a otros: Es una colección museográfica salvada literalmente por saguntinos, muchas veces anónimos, tanto del olvido como del mercado de negro.

En ella, hay una gran variedad, tanto de materiales como de periodos históricos, pero todas las piezas tienen un denominador común: están allí porque, un día, un vecino cualquiera apreció su valor y la cedió al Centro para preservarla. Como explicaba a Levante-EMV el presidente de la entidad, Amadeo Ribelles, «hay muchas personas que han encontrado restos durante algunas obras y se los han quedado inicialmente, pero luego nos los han donado, conscientes de que así se pondrían en valor y se podrían estudiar».

Parte de esas piezas se pueden contemplar ahora en la Casa Capellà Pallarés de la Fundación Bancaixa Sagunt. Hay monedas de la ceca Arse-Saguntum, cerámica ibérica, inscripciones romanas, vasijas con más de 2.000 años.... Algunas de ellas llevaban años sin mostrarse al público por falta de espacio. Otras han sido montadas por primera vez, como el balcón de estilo neogótico de un palacete del siglo XIX derruido hace aproximadamente 40 años, la Casa de los Criado de Becerril. Este conjunto que ahora cautiva todas las miradas estuvo a punto de derribarse junto al resto de la construcción, pero fue entregado al Centro con buenas dosis de escepticismo sobre su valor por parte de los donantes, como apuntaba Ribelles.

Esta importante labor de recuperar retazos de la historia ha sido reconocida por los arqueólogos profesionales de la ciudad pues el Centro cubrió un importante vacío durante décadas. Su labor en esta línea siempre ha sido apreciada, por más que su rechazo a las obras rehabilitación del Teatro Romano le alejaran de otros sectores culturales de la ciudad con los que al final se han acabado reconciliando, dada la unión que la larga judicialización del proceso, el hastío y la paralización de las obras ha acabado provocando en Sagunt de sectores inicialmente antagónicos en este asunto.