Empleados de Paiporta, adscritos a la brigada municipal, de diferentes especialidades, siguen confirmando ante el juez que hacían trabajos en el chalé que el exalcalde Bartomeu Bas y su esposa, la exconcejala Emilia Soler, tenían en Montserrat, al igual que veían a otros operarios realizando allí tareas, dentro de su horario laboral. En la segunda sesión de declaración de los operarios hasta nueve personas confirmaron estos hechos, así como la versión que había defendido el martes la trabajadora del servicio de limpieza.

Los operarios fueron desfilando ayer ante el juez y ofrecieron testimonios similares. Dentro de su horario laboral y, en ocasiones, incluso con el uniforme municipal, eran enviados por sus superiores al chalé de Montserrat. Allí hubo quien realizó trabajos de pintura en la fachada, transportó material de construcción, hizo alguna reparación de electricidad e incluso alguna de fontanería. Algunos acudieron una sola vez, otros en diversas ocasiones y hubo trabajos que se prolongaron más en el tiempo, declararon. Varios trabajadores explicaron que cuando llegaban allí, había otros de sus compañeros trabajando y, en alguna ocasión, fue la propia empleada del servicio municipal de limpieza -declaró el martes que durante dos o tres años acudía cada viernes en la temporada de primavera y verano a trabajar al chalé- la que les abrió la puerta.

En los distintos testimonios, los empleados municipales dijeron que las órdenes provenían o bien de Juan Fernández "el Sevillano", que incluso los trasladaba al chalé, o del exconcejal Juan González Jarque, que era entonces coordinador de obras. Ambos están imputados.

Uno de los trabajadores reconoció que su vehículo privado era uno de los autorizados para repostar combustible, que es otro de los asuntos que se investiga.

De los empleados citados ayer a declarar, sólo dos indicaron inicialmente que no recordaban si habían ido al chalé de Montserrat a trabajar. Con todo, a preguntas del abogado del ayuntamiento, acabaron ratificando la versión que ofrecieron al juez en 2009.

La interventora de la época aseguró que era el propio Bas quien decidía los pluses individualizados que percibían algunos empleados de su máxima confianza. Citó, como ejemplo, que tras llegar al consistorio y consultar el Catálogo de Puestos de Trabajo, puso reparos a algunas nóminas porque las retribuciones no se correspondían con sus funciones. La habilitada nacional aseguró que el alcalde los ignoraba y seguía con el pago.