Llegó a urgencias del hospital de Dénia a las 3.30 horas de un martes y no se marchó hasta pasadas las 11 del jueves. Y cuando, por consejo de su médico de Alicante, pidió el alta voluntaria, todavía no le habían hecho la prueba -una endoscopia- que estuvo esperando durante esos casi tres días que pasó en urgencias. "Podría presentar una queja, pero prefiero hacer público el caso para que no vuelva a ocurrir", explicó ayer a este diario María Dolores Llinares Moltó, de 64 años, que, aunque vive en Alicante, tiene casa en Dénia y pasa aquí varios meses al año.

María Dolores llevaba varios días sin poder comer ni beber. Hace años le realizaron una operación de reducción de estómago y luego la tuvieron que intervenir de nuevo por complicaciones. Su médico de Alicante le dijo que debía ir urgentemente al hospital. Sufría una deshidratación y había que descartar que pudiera tener también una infección.

Llegó al urgencias a las 3.30 horas. Poco antes de las 20 horas un médico la reconoció, le hizo análisis y le administró un suero. Volvió a la sala de espera y se hicieron las 22 horas. "El médico me dijo que me tenía que quedar toda la noche en una silla", recuerda. "Le respondí que me iba a casa y me dijo que bien, pero que al día siguiente debía estar en urgencias a las 7.45 para que me hicieran una prueba". Esa noche al menos sí pudo dormir en su cama.

Al día siguiente regresó al hospital antes incluso de la hora que le indicaron. Pero se hicieron las tres de la tarde y nada. "A las 18 horas fui al mostrador y dije que desde primera hora de la mañana llevaba sentada en una silla de madera". La pasaron a un box de urgencias y se quedó en una camilla. Explica que bajó un médico y le aseguró que la subirían a planta y que, a lo largo de la tarde, le harían la endoscopia.

"Espere hasta las 7 de la mañana del día siguiente". Durmió en la camilla. "No tenía almohada, sino una manta enrollada. Parecía el tercer mundo". A la primera enfermera que le dio los buenos días le volvió a preguntar por la prueba. "Me dijo que me la harían a lo largo de la mañana". Pero las horas siguieron pasando y, cansada de tanto esperar, llamó a su médico de Alicante. "Me dijo que pidiera el alta voluntaria y me fuera inmediatamente al hospital general de Alicante". Así lo hizo y, en ese otro centro sanitario, "en una hora, me hicieron la prueba".