El Museo Industrial del Port de Sagunt sigue la carrera de obstáculos, en cuya meta se encuentra su apertura al público como el compañero perfecto del Alto Horno para ejercer de reclamo turístico. Una de las últimas dificultades que tiene que superar el antiguo almacén siderúrgico de efectos y repuestos para convertirse en el flamante escaparate del patrimonio industrial de Sagunt es el concurso de acreedores en el que ha entrado la empresa que se encargaba de su rehabilitación y que ha retrasado un proyecto cuya puesta en marcha se anunció para finales del pasado año.

Sin embargo, este nuevo obstáculo, que se une a otros como el robo que sufrió hace unos meses el edificio, será resuelto "en breve" por el ayuntamiento, que ya ha hecho las gestiones para incautarse de la garantía del contrato de rehabilitación, adjudicado por 1,4 millones de euros, para ejecutar los arreglos valorados en cerca de 50.000 euros y que quedan pendientes para dar por concluída la actuación.

Mejoras en el suelo, la instalación de un par de puntos de luz, el mobiliaro y cuestiones de señalización centran estas actuaciones, que todavía tendrán que completarse con la redacción del proyecto museístico para quetodo esté listo. Sobre este punto, el patronato que rige a la fundación propietaria del complejo tiene pendiente una reunión en la que se tratará éste y otros asuntos, entre los que también destaca la gestión que se dará al bar construido en el edificio del museo.

Este encuentro está pendiente de la agenda de la consellera de Cultura, María José Catalá, que es quien preside este patronato.