Tal y como estaba previsto, la vivienda de la suecana Francisca Martí salió a pública subasta al mediodía de ayer en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Sueca. Al quedar desierta, Bankia solicitó que se le adjudique el inmueble por unos 92.400 euros, cantidad que se corresponde con el 70 % del valor de salida, que fueron 132.000. Aún así, le quedará una deuda de 8.000 euros.

Apenas media hora antes de iniciarse la puja, había recibido una llamada de una responsable de la entidad financiera en la que le comunicaban que "no instarán el lanzamiento hipotecario y negociarán conmigo un alquiler social", dijo mostrando su satisfacción.

"Estoy muy feliz porque hemos ganado una pequeña batalla", declaraba en la rueda de prensa convocada ante la sede judicial en la Placeta del Convent. Esta madre de dos hijas, de 20 y 12 años de edad, acogía la noticia con sorpresa porque "ayer me veía en la calle".

La afectada, junto a los integrantes de la PAH de la comarca habían intentado, sin éxito, llegar a un acuerdo con el banco a través de la sucursal de Albalat de la Ribera, donde se ubica el piso que ocupa con sus dos hijas. Intentaban conseguir la dación en pago y la cancelación de la deuda.

Francisca, de 46 años, se trasladó a esa vivienda después de separarse tras ser víctima de violencia de género. Hace más de dos años que no puede afrontar la mensualidad de 500 euros de la hipoteca, y según asegura, no tiene ninguna otra fuente de ingresos. Además, tampoco le han renovado la ayuda de 426 euros que percibía de la Renta Activa de Inserción (RAI) para mujeres maltratadas.

A la hora de la subasta, Paqui y María José García, de la PAH de la Ribera Baixa, accedieron al juzgado para comprobar de primera mano la veracidad de lo prometido en la llamada telefónica que había recibido poco antes. "Por mi experiencia vital, cuando lo vea escrito me lo creeré", manifestaba la afectada antes de entrar.

La alegría inicial no tardó en diluirse. Paqui salió de los juzgados, con semblante serio, y explicó a los presentes que la representante de la entidad bancaria todavía no se había pronunciado. Al final contó que la delegada del banco le expresó que esperaba instrucciones de los abogados de la entidad financiera y que éstas no llegaban.

La juez deberá acordar la adjudicación de la vivienda en los próximos días. "Aunque el banco se quede con la casa, todavía me quedará una deuda de unos 8.000 euros que no sé cómo ni cuándo la voy a poder pagar", se lamentaba Paqui.