La temporada de cítricos viene marcada este año por la ausencia de lluvias y por las altas temperaturas que se han registrado hasta hace apenas unos días. El resultado son naranjas y mandarinas de pequeño calibre y bajo precio, sin su color característico, que ha requerido pasar la fruta por determinadas cámaras para colocarla en el mercado, lo que ha supuesto un gasto más. Para evitar que estos fenómenos arruinen la producción y para contrarrestar los bajos precios para el agricultor de las variedades más demandadas las clemenules, dentro de las mandarinas, y las variedades navel, en las naranjas, citricultores de Torrent están apostando por cultivar nuevas variedades experimentadas y patentadas por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, como la denominada Safor, y otras, que se recogen fuera de la temporada habitual, de forma que se puedan colocar en el mercado naranjas y mandarinas cuando ya no quedan de las tipologías tradicionales.