Podría ser «Gandia Shore» pero a lo grande, mejor organizado y sin tantos excesos. Más de dos mil estudiantes portugueses, de entre 17 y 18 años, han pasado estos días las vacaciones de su vida en la playa de Gandia, en un viaje de fin de curso con sus compañeros de clase. Llegaron el lunes en 50 autobuses y se marchan hoy. La expedición está organizada un año más por la agencia mayorista Crew, que desplaza además a una plantilla de 140 personas; entre monitores, DJ y personal sanitario, de seguridad o de animación.

Son los llamados «estudiantes finalistas», como se conoce en el país vecino a los que el curso que viene entrarán en la Universidad. En Portugal, desde hace más de 20 años, se tiene por costumbre celebrar este viaje, aunque el curso en realidad acaba entre mayo y junio. Explotando este nicho de mercado vacacional hay hasta cinco agencias mayoristas en todo el país que operan en varios destinos españoles: Gandia, Orpesa, Lloret de Mar, Salou, Punta Umbría y Roquetas de Mar.

Desde hace cinco años el Gobierno de Gandia colabora con esta operativa, nacida tras mantener contactos con Halcon Viagens Portugal. Y el número de jóvenes va en aumento. En el primero, en 2012, llegaron 1.400 y ahora son 2.100.

Pero que nadie se llame a engaño; vienen buscando sol, playa y diversión. La organización les prepara fiestas temáticas en discotecas -cada noche en una diferente- con músicos y «disc-jockeys» que desplaza la propia agencia. Por un suplemento tienen una pulsera que les da acceso a las discotecas, y hay paquetes de «todo incluido» que incluye la bebida en los hoteles. Ahora bien, no todo es ocio nocturno y Gandia tiene una ventaja respecto a sus competidores. «Nos gusta porque los hoteles están muy cerca de la playa y sobre todo porque se pueden hacer muchas actividades durante el día, por ejemplo deportivas o viajes en barco, para que los chicos no se aburran», apunta Cirillo Lopes, de Crew.

El ayuntamiento les facilita una antigua oficina de información turística, en el paseo marítimo, para que la agencia la use como punto de encuentro y atención a los estudiantes. «También colaboramos en la edición de un vídeo promocional de la ciudad, ya que es una forma de controlar la imagen de Gandia que se está vendiendo en Portugal», apunta Olatz Megía, técnico de Turismo.

Con ello, la ciudad se abre al mercado internacional, algo que escasea en Gandia, donde los principales emisores proceden del centro y del interior de España. Muchos de estos jóvenes se llevarán un grato recuerdo y recomendarán el destino a sus familiares y amigos portugueses y, quién sabe, quizá vuelvan dentro de unos años con una mayor capacidad de gasto. No son, en general, turistas de gran poder adquisitivo, algo lógico teniendo en cuenta que se trata de estudiantes y que los vientos de la crisis también han soplado en Portugal.

La cruz de la visita viene por los problemas de convivencia. Esta semana ha habido quejas vecinales y actuaciones policiales por cantar con megáfonos, beber alcohol o incluso tirar alguna silla desde el balcón de una habitación. El presidente de la patronal hotelera, Vicente Frasquet, valora que no haya habido ninguna incidencia grave. «Estuvimos hablando con los organizadores para que haya más control, pero en general es un turismo interesante que genera movimiento en la playa».