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Medio Ambiente

La ladera de Cortes se mueve y amenaza con colapsar de nuevo

La Diputación de Valencia recomienda cortar el camino de Otonel tras la aparición de nuevas grietas - La nueva red de control no está activada

La ladera de Cortes se mueve y amenaza con colapsar de nuevo

La ladera inestable de Cortes de Pallás, que en abril de 2015 colapsó aislando durante 9 meses a esta población valenciana, vuelve a moverse con resultado incierto pese a las obras de consolidación realizadas en los últimos meses y sin que estén operativos los equipos para el seguimiento y control de los cambios que se están produciendo.

Un informe del director de Carreteras de la Diputación de Valencia Javier Piedra, fechado el pasado 6 de abril, confirma este nuevo movimiento detectado en el camino de Otonel, situado a un nivel superior sobre la CV-428, y recomienda el cierre del citado vial asfaltado, que forma parte del Plan de Emergencia Nuclear de Valencia (Penva-11).

Las grietas aparecidas en el camino de Otonel son similares a las que precedieron en varios meses al gran deslizamiento de ladera producido en abril de 2015 y según el citado informe fueron detectadas a mediados de enero de 2017.

Según asegura el responsable de Carreteras de la Diputación de Valencia, «a mediados de enero de 2017 se detectó que las fisuras del pavimento existente en el camino de Otonel, indicativas de un inicio de la inestabilidad estructural de la plataforma, han evolucionado y alertan de la posibilidad de formación de un círculo de deslizamiento».

Más controles

La Diputación ha reaccionado acelerando la instalación de sensores para seguir la evolución de las grietas que incluyen la colocación de testigos y puntos de control topográfico y asegura que se va a proceder a realizar una campaña de auscultaciones mediante sondeos y la instalación de inclinómetros, según confirmó el diputado provincial de Carreteras e Infraestructuras Pablo Seguí.

«Es evidente que la ladera es inestable y que los desprendimientos y la caída de cascotes se van a producir siempre, sobre todo después de episodios de lluvias», aseveró en relación a los pequeños derrumbes registrados en las últimas semanas.

Seguí admitió que existe «preocupación» y por esa razón la diputación de Valencia adjudicó por 75.000 euros un sistema de control del deslizamiento de la ladera principal- la que sufrió el gran deslizamiento de abril de 2015- que se encuentra terminado aunque sin que se estén realizando mediciones por falta de expertos en el manejo de los equipos que se responsabilicen de realizarlas en continuo.

El diputado dijo que se estaban ultimando las gestiones para adjudicar el control de la red, a la que podría incorporarse los nuevos sensores que se instalan en la zona del vial de Otonel donde han aparecido las estrías.

El puente que no llega

Pablo Seguí aseguró que la diputación de Valencia está «en permanente contacto» con el alcalde de Cortes Fernando Navarro y admitió que la acumulación de desprendimientos ha vuelto a poner en el centro del debate la posibilidad de construir un nuevo puente que salve el embalse de Cortes de Pallas, propiedad de Iberdrola.

«Todo el mundo coincide en que sería la solución definitiva, pero son inversiones que superan ampliamente la capacidad inversora de la Diputación de Valencia», añadió.

A pesar de que se anunció a raíz del gran deslizamiento, no se ha realizado ni siquiera un anteproyecto sobre el citado puente, que en una primera estimación «en números gordos» realizada por expertos podría tener un coste de entre 30 y 40 millones de euros.

La secuencia

En abril de 2015 se produjo el desprendimiento de miles de toneladas de rocas de la ladera norte de la Muela de Cortes que cortaron la CV-428 de acceso a Cortes de Pallás y el vial del Penva-11 o carretera de Otonel, destinado a favorecer una evacuación de los vecinos en caso de una emergencia nuclear en la vecina Cofrentes.

El tramo de ladera afectado fue «saneado» y «estabilizado» y las plataformas de ambas carreteras reconstruidas. Finalmente, en diciembre de 2015 eran abiertas al tráfico.

Posteriormente, el 5 de diciembre de 2016 se produjeron nuevos desprendimientos que obligaron a cortar el camino de Otonel, donde está pendiente de ejecutar un nuevo proyecto de «estabilización» sin el que se recomienda no abrir de nuevo el vial del Plan de Emergencia Nuclear.

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