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Bernat Soria, tras dejar el Ministerio de Sanidad, afirma que no quiere dar entrevistas porque ahora su sitio es otro. Sin embargo, tiene una consideración para con este diario y durante unos minutos atiende cordialmente al teléfono desde Sevilla y a pocas horas de marchar a Madrid a un pleno del Congreso.

¿Tiene usted intención de marcharse en breve como lo han hecho Pedro Solbes, Jordi Sevilla y otros?

Yo continúo haciendo mi trabajo. Estoy trabajando en el laboratorio en Sevilla y mantengo mi situación de diputado. Compatibilizo ambas tareas, porque hay muchas formas de ejercer la representación. Soy profesor en excedencia de la Universidad Miguel Hernández y voy a seguir en Sevilla. Yo como político soy muy atípico y a mí los ciudadanos donde me quieren ver es en el laboratorio.

¿Pero tiene previsto agotar la legislatura como diputado?

Cada persona se involucró en el Gobierno de un modo, y con Zapatero cada uno lo hizo con una pauta. Yo creo que hay que mantener una coherencia. En mi caso estoy volviendo al sitio del que salí, es decir, a la investigación. No obstante, las situaciones cambian y nadie puede predecir lo que pasará en el futuro, como hace tres años tampoco sabía que iba a ser ministro. Mi previsión es estar en el laboratorio y en mi caso no ha cambiado nada y no hay novedad.

¿Cree que el presidente del Gobierno está más sólo que nunca?

Ésa es una noticia que no está. No observo diferencias entre ahora y hace seis meses. La marcha de Molina —en referencia al ex ministro de Cultura—, Sevilla o Solbes tiene cada uno una trayectoria. Molina y Solbes, como yo, no somos militantes del PSOE. Molina por ejemplo tenía interés por estar en la universidad. Solbes lo que ha hecho no es irse al retiro, mientras que Sevilla, que es el único que sí es militante, supongo que lo habrá explicado a su agrupación. En mi caso yo siempre le dije al presidente que quería mantener mi situación de investigador. Yo estoy en salud, en investigación y ésa es mi área. La dinámica de partidos no es mi caso. Yo estoy en otra forma de trabajar en la política, y política es todo, tanto lo que haga como lo que no es política y a mí lo que los ciudadanos me reclaman es que investigue. Cuando era ministro me compatibilizaba y ahora continúo siendo compatible. En cualquier caso cada tipo de perfil es una historia. La vida profesional es así y creo que la lectura que se está haciendo —en referencia a que el presidente se está quedando solo— no va por ahí. De hecho cada semana un diputado o un senador jura el cargo y entra nuevo porque han corrido las listas.

¿Le queda alguna espinita clavada de su labor al frente del ministerio?

Cuando uno accede al cargo hace un programa para toda la legislatura. Hay tantas cosas que se pueden hacer... pero esa sensación de espinita no la tengo, porque además hay una continuidad del trabajo, parte de mi equipo sigue allí, como Ildefonso Hernández, de la UMH, que está haciendo un gran trabajo.

¿Cómo describiría su paso por este alto cargo?

Yo ya lo dije en el momento en que me despedí y es que el día que llegué al ministerio ya hice las maletas, es decir, sabía que era temporal. Como experiencia ha sido apasionante poder servir a tus conciudadanos por la importancia de las decisiones que se toman. Lo que allí aprendes no lo puedes contar, sabes mucho de tu país y eso es importante. El ritmo es tan intenso que los dos años que estuve como ministro fueron como una carrera de seis años. Es un aprendizaje que no lo encuentras en otro sitio, aunque yo no fui a aprender, sino a trabajar por la ciudadanía.