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Sólo siete institutos de la Comunitat Valenciana consiguieron el último curso que todos los alumnos que habían iniciado segundo de bachiller aprobasen después el selectivo. De estos siete centros con una efectividad del 100%, cinco de ellos segregan a los alumnos por sexo y aplican la llamada "educación diferenciada". Los chicos con los chicos, y las chicas con las chicas. Sin mezclas en el aula. La proporción de éxito académico de esta minoritaria propuesta educativa -vinculada al Opus Dei y a Legionarios de Cristo- es altísima a tenor de las cifras globales.

El número total de institutos en la Comunitat ronda los 435. Y sólo 7 aplican a rajatabla la separación por sexos, más algunas excepciones segregadoras como seminarios diocesanos y centros que separan o no en función del ciclo educativo. Pese a esa debilidad numérica, los centros de educación segregadora han copado el grupo elitista de los centros 100%, según el ranking elaborado por el periódico especializado Magisterio tras combinar datos de las universidades valencianas y de los propios centros.

En la reducida lista de los 100% aparecen dos colegios de la empresa de enseñanza Fomento, vinculada al Opus Dei. Se trata del centro femenino Vilavella de Valencia (28 aprobados en selectivo de 28 matriculados en segundo de bachiller) y el colegio masculino Miralvent de Betxí (10 de 10).

También han logrado un pleno en la selectividad el colegio femenino Guadalaviar de Valencia (50 de 50, propiedad del Opus) y el colegio Cumbres de Valencia, de Godella, con 28 de 28. Este último centro, ligado a los Legionarios de Cristo, segrega a los alumnos en edificios y aulas diferentes en Primaria y Secundaria -diez cursos- y sólo los mezcla en Infantil y Bachiller. Completa la lista el Seminario Diocesano San Miguel de Orihuela, con un único estudiante que aprobó la pasada selectividad.

"Menos factores distractores"

¿Por qué triunfan estos centros? Mar Sánchez, de la empresa MSM Pedagogía Creativa, ha analizado a fondo este modelo de enseñanza y la conoce por dentro. Ha trabajado durante 20 años en el femenino Guadalaviar. Pero ya está desvinculada. Y desde la independencia, aporta las dos claves del éxito de la educación diferenciada. En primer lugar, dice, "las capacidades cognitivas y las aptitudes de los chicos y las chicas no son las mismas. Por tanto, se logra un mayor rendimiento de los alumnos al aplicar una metodología más ajustada a nivel de género".

Y en segundo lugar, en las clases segregadas existen "menos factores distractores de interacción social" para los jóvenes. Traducido a un lenguaje más llano: los alumnos no pueden tontear con sus compañeros o compañeras y queda alejado el enamoramiento del aula. Otros motivos que influyen son el tamaño de estos centros (normalmente más pequeños), y que no suelen tener estudiantes que se desvíen a la Formación Profesional sin pasar por la prueba de selectividad.

Por su parte, los otros cuatro centros segregadores de la Comunitat Valenciana han obtenido resultados en selectivo superiores a la media. Fluctúan entre el 83% y el 95,7% de aprobados. Como publicó este diario, el Consell financia a los siete centros segregadores de Fomento.