Al igual que ocurre con el AVE, los recados entre el secretario general del PSPV, Jorge Alarte, y el número dos del PSOE, José Blanco, son de ida y vuelta: Madrid-Valencia y Valencia-Madrid. El sábado, Blanco afeó en público a Alarte que ponga demasiado el acento en la denuncia de la corrupción y especialmente en el caso Gürtel, una recriminación que hasta ahora sólo le había hecho, en público, el ex ministro Antoni Asunción, fallido aspirante a primarias. «No hay que hablar tanto de los trajes de Camps», proclamó Blanco el sábado. Repitió en público —como para lavarse las manos sobre la estrategia seguida por si acaso hay catástrofe electoral—, lo que la víspera trasladó al comité electoral valenciano: más propuestas y menos hablar de corrupción. Ayer, Alarte se la devolvió con intereses.

Con la de veces que ha hablado el secretario general con Blanco desde que estalló el escándalo Gürtel (febrero de 2009) , «¿le ha manifestado o usted ha intuido que el vicesecretario del PSOE no estaba de acuerdo con que se centrara tanto la labor de oposición en el caso Gürtel?». Esta fue la pregunta de este diario a Alarte. «Nunca, el señor Blanco no ha tenido ninguna divergencia con nuestra estrategia».

Así de contundente se expresó el secretario general del PSPV en el día de la resaca de las dos explosiones (las palabras de Blanco y las del candidato a alcalde de Valencia, Joan Calabuig) que han reventado los pilares sobre los que el partido ha asentado su labor de oposición en el ámbito autonómico (la corrupción) y municipal (la negativa a la prolongación de Blasco Ibáñez que derribará unas 1.620 casas). En el primer caso, basta decir que la práctica totalidad de las preguntas de control a Camps en las Corts han transitado sobre alguna variante del territorio Gürtel.

708 enmiendas a las cuentas

Alarte compareció, antes de reunir al núcleo de su ejecutiva, junto a Ángel Luna y acompañado en la sala por casi todos los dirigentes del partido, lo cual sirvió para trasladar una señal inequívoca de crisis. Quiso aclarar que su acción política no sólo se alimenta de la denuncia de la corrupción. Como si fuera una réplica a Blanco, explicó que la ejecutiva iba a analizar las 708 enmiendas a los presupuestos de 2011, en la línea de «crear empleo y sentar las bases de un nuevo modelo económico». Las palabras de Alarte sonaron a grito de impotencia ante Blanco: «Por novena vez, repito, por novena vez, reitero el ofrecimiento de un pacto a la sociedad valenciana contra la crisis y el paro». «Es lo más importante, lo único importante», agregó.

El líder del PSPV dijo que Blanco «tiene toda la razón», pero que el problema es que «lo único que sale son los trajes». Porque la propia «crisis» institucional explica que sólo trascienda «la corrupción y falta de liderazgo». Dicho lo cual, se ratificó en que el PSPV «ni abandona, ni abandonará el reto de luchar por la democracia, no pararemos». «Los trajes son una anécdota, pero detrás de los trajes está la peor crisis democrática», sentenció. Las primera tanda de cuñas radiofónicas de la campaña electoral, que están centradas en la denuncia de un panorama de corrupción generalizada, no dejarán de emitirse, explicó un portavoz del partido.

La web, sin la bola del Cabanyal

Preguntado por si la retirada del recurso contencioso-administrativo contra el PAI de Mestalla y el cambio de posición expresado por Calabuig sobre el Cabanyal confirman un cambio de estrategia, Alarte recordó que al mes siguiente de ser elegido secretario general ya trasladó al entonces presidente del Valencia CF, Vicente Soriano, sus intenciones. Respecto al Cabanyal, Alarte negó que haya divergencias y defendió que él, Carmen Alborch y Calabuig «opinamos lo mismo». Los tres se reunieron el domingo por la noche en el despacho de Alarte para aclarar posiciones. Todos están «en contra del autoritarismo de Rita Barberá», en contra de «los proyectos que destruyen sin más» y del «urbanismo antiguo».

Evitó concretar, más allá de defender el «consenso para rehabilitar». En todo caso, al PSPV ya no le valen los 300.000 folletos y 3.000 carteles de la campaña de movilización, presentada el l 8 de febrero de 2010, por Alarte, Luna, Alborch y el secretario general de la ciudad, Salvador Broseta. «Derribar tu casa, prolongar el abuso», rezaba el eslogan sobre un cartel que mostraba una bola de hierro de una máquina de derribos. Un cartel que llevaba diez meses colgado en la web del PSPV y acaba de desaparecer.

Un comité nacional de asentimiento antes del que aprobará las listas

El secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, someterá su gestión política a examen del máximo órgano entre congresos del partido apenas semanas antes de que ese mismo comité nacional tenga que aprobar las candidaturas electorales. Alarte anunció ayer que la permanente, que se reunió por la tarde, convocaba la ejecutiva para la semana que viene y ésta iba a poner fecha para el comité nacional, que se celebrará pasadas las Navidades. Será en enero y el comité de listas, en febrero. No se espera que ninguno de los miembros significativos del partido, presentes en ese órgano de dirección, cuestione la estrategia política de Alarte en puertas de que se decidan las candidaturas. Fuentes del PSPV indicaron que la tradición manda que en general no se planteen muchos discursos críticos en las reuniones del comité nacional, pero mucho menos cuando las aspiraciones de ir en listas están en totalmente el aire.