Escola Valenciana instará, mediante una carta remitida a los senadores procedentes de la Comunitat Valenciana, a "no esconder la lengua" en las sesiones del Senado, en las que desde esta semana se puede utilizar las distintas lenguas autonómicas del Estado.

En un comunicado, la plataforma educativa considera que la inversión en intérpretes no puede ser un argumento para estar en contra de este nuevo sistema de lenguas adoptado en el Senado, y recuerda que "el valenciano no tiene color político".

Desde la Escola Valenciana se anima a los políticos de la Comunitat a utilizar la lengua valenciana y se exige que este sistema también se instale en las sesiones del Congreso de los diputados.

Esta entidad cívica dedicada al uso educativo y social del valenciano se muestra convencida de que los senadores del Partido Popular (PP) acabarán por oponerse a las directrices del secretario general de este partido, Mariano Rajoy, quien les invita a seguir usando el español en el Senado.

El gerente de Escola Valenciana, Àngel Martí, se muestra dispuesto a iniciar una ronda de contactos con los senadores para concienciarlos de la importancia de usar el valenciano porque "aceptar presiones en contra del valenciano representa un actitud antivalenciana".

"Yo no aceptaría que alguien, aunque sea de mi partido, me prohibiera usar la lengua que mis padres me han enseñado", agrega Martí.

Además, la plataforma educativa argumenta que estos políticos no pueden mantener un discurso en Europa en el que demandan igualar jurídicamente el castellano al francés, el inglés y el alemán, y adoptar otra distinta dentro de sus propias fronteras.

Feijóo lo ve "correcto"

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, consideró ayer "correcto" que se utilicen las lenguas cooficiales en debates puntuales del Senado, pero rechazó "que se generalice el uso de pinganillo" entre senadores que ocupan "escaños limítrofes", al considerar que "no es razonable ni oportuno" en este momento.

Feijóo asegura que los españoles "no entienden" que, senadores que "no utilizan el pinganillo" en el pasillo o en el escaño, sí lo hagan en la tribuna. "No es una cuestión de ideología, patriotismos ni nacionalismos, sino de lógica y responsabilidad", defendió. Entiende el uso de las lenguas propias en debates concretos -como el que aborda el Estado de las Autonomías- o en alguna comisión territorial.