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La "plaza de los sueños" del Centro Penitenciario de Picassent, fue anoche un lugar de ilusión para los 30 internos del módulo de jóvenes que disfrutaron de la primera observación astronómica que se realiza en el interior de una prisión española. En esta pionera actividad, organizada por la Fundación Blasco Ibáñez, que trabaja en la reinserción de presos, y la Asociación Valenciana de Astronomía (AVA), participó un grupo de jóvenes de entre 18 y 21 años que aprovechan su estancia entre rejas para estudiar Secundaria y módulos de Formación Profesional con el fin de buscarse un futuro para cuando cumplan su pena.

Los altos muros y el alambre de espino se desvanecieron ante la potencia de los cinco telescopios desplazados por AVA que permitieron a los presos apreciar la Luna como nunca la habían visto. "Parece que los cráteres los hayan hecho con un compás", comentaba Andrea, un joven italiano, mientras Adil, no paraba de decir "muy guapo, muy guapo", mientras observaba Júpiter con tres de sus grandes satélites -Ganímedes, Europa y Calisto- alineados pocos minutos antes de que Ío, la cuarta gran luna descubierta por Galileo, asomara por detrás del quinto planeta del Sistema Solar.

"Es una pasada"

David, un interno valenciano, explicaba que "es una pasada" poder ver los cráteres de la Luna como si estuvieras tocándolos. A su lado, uno de los miembros de AVA le explicaba que el mejor momento para ver nuestro satélite "al contrario de lo que la gente cree, no es cuando hay luna llena, pues entonces los rayos del Sol inciden perpendicularmente y te pierdes la belleza del 'Terminador', la zona entre la luz y la sombra que hay cuando está creciente o decreciente".

A David se le veía ilusionado con la observación: "Actividades como ésta te alegran el día, te ayudan a romper con la rutina de la prisión. De hecho, ahora somos unos privilegiados por estar aquí, en el patio, pues cuando anochece ya nos envían a las celdas".

Adil incide en esta idea al apuntar que esta experiencia, que califica de "muy bonita", "te ayuda a pensar menos que estás encerrado. Aunque agradece iniciativas de este tipo, critica que "haya muchas actividades pero pocos permisos para salir fuera, algo que no me parece justo, pues la libertad es la libertad".

La última noche

Otro David, que ayer vivía su última noche en prisión, destacaba que esta actividad "te hace sentir como si no estuvieras aquí dentro". Mientras observa las estrellas de la nebulosa de Orión (M-42) se queda maravillado de "lo pequeñitos que somos nosotros y lo grande que es el Espacio".

Durante su estancia en prisión este joven valenciano ha iniciado un módulo de FP de fontanería, que ahora continuará en un instituto de Secundaria. "Estudiar me ha servido para quitarme de la cabeza que estoy encerrado", relata antes de agradecer el apoyo que ha encontrado en los profesores y funcionarios de la prisión: "Aquí hay mucha gente que nos está ayudando a reinsertarnos, y eso es muy bueno".

"Acercar a los internos las maravillas del cielo"

El presidente de la Asociación Valenciana de Astronomía (AVA), Jordi Cornelles, y el director de la prisión, Miguel Ángel Martínez, estaban felices ayer por esta primera observación astronómica dentro de una prisión. "Nos hacía mucha ilusión acercar las maravillas del cielo a los internos, de hecho ya estamos pensando en organizar una observación solar aquí dentro", cuenta Cornelles. Martínez, por su parte, se mostró partidario de repetir la experiencia "no sólo por su vertiente formativa sino porque fomenta del ocio saludable entre los jóvenes, como una alternativa al mundo en el que han vivido y que les ha llevado a la delincuencia". r. m. picassent