Los científicos valencianos apenas existen en el disputado territorio de los mejores. Setenta y cinco proyectos de investigación concurrieron en mayo a la primera edición de las distinciones Severo Ochoa, un reconocimiento de excelencia internacional que fallará en noviembre el Ministerio de Ciencia e Innovación y que en la fase de preselección ha dejado ver la escuálida radiografía y el endeble estado de salud de la investigación científica de la Comunitat Valenciana.

De los 75 proyectos que concurrieron a estos galardones de relevancia internacional solo 60 cumplían los rigurosos requisitos que se exigían en la bases. Y solo 22 han sido elegidos como finalistas por los comités de selección que presiden las tres áreas en las que se compite: ciencias humanas y sociales; matemáticas, ciencias experimentales e ingenierías y ciencias de la vida y medicina.

Doce de los 22 centros que han llegado a la final son de Cataluña, que es la comunidad con el mayor número de proyectos seleccionados, mientras que Andalucía, Canarias y la Comunitat Valenciana solo tienen uno respectivamente.

El Instituto de Neurociencias de Alicante, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH), es el único que representa el buen hacer investigador de la Comunitat Valenciana. Ha sido seleccionado en el área de ciencias de la vida y medicina.

Para superar la fase de selección, los candidatos tenían que superar una nota de corte de 80.

Ninguna de las universidades españolas ha alcanzado esa cota básica de excelencia establecida para hacerse con uno de los diez distintivos que está dotado cada uno con un millón de euros anuales.

El campus de excelencia de la Universitat de València compitió con dos centros punteros: el Instituto de Ciencia Molecular y el Instituto de Física Corpuscular. El primero obtuvo una nota de 79 y el segundo, de 78, según informaron a Levante-EMV fuentes de la institución académica que indicaron que la valoración de ambos resultados es "positiva", porque ambas calificaciones están muy próximas al 80 y que en la próxima edición es posible superar el techo del 80 para quedar entre los finalistas.

Por otra parte, fuentes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas manifestaron que ninguno de sus centros pudo concurrir a la selección previa por no ajustarse a los requisitos administrativos que se solicitaban en las bases, si bien sí se cumplían los de excelencia científica.

El Ministerio de Ciencia e Innovación que dirige Cristina Garmendia no quiso facilitar ayer a este periódico el listado de los 75 centros que se presentaron a los premios Severo Ochoa al calificar el dato como "confidencial". El listado se dará a conocer en noviembre, cuando se fallen los diez distintivos finales.

El ministerio ha informado que la acreditación como centro o unidad de excelencia Severo Ochoa tendrá una validez de cuatro años y que la ayuda económica estará sujeta a una evaluación intermedia a los dos años de su concesión. Este reconocimiento dará visibilidad preferente para conseguir otras ayudas.