A lomos de su bicicleta, un grupo de franceses llega hoy a Burjassot tras una semana de pedaleo que empezó en Lyon. A partir de mañana, un grupo de 70 peregrinos de la única parroquia católica existente en Qatar se asentará en Museros. Y el jueves, un total de 360 kikos de Oriente Próximo -Palestina, Jordania, Iraq, Chipre, Israel- empezarán a ofrecer su testimonio cristiano en lengua árabe por las calles del barrio de Russafa. Todos ellos, igual que otros 13.000 extranjeros de 45 países, llegan a Valencia para participar entre el jueves y el domingo en los "Días en Diócesis", la campaña de agitación católica previa a la Jornada Mundial de la Juventud que el papa Benedicto XVI presidirá en Madrid la próxima semana.

En cuanto a movilización social, este prólogo será como una minivisita del pontífice pero sin su presencia. Parroquias, colegios católicos y familias cristianas acogerán en sus casas e instalaciones a más de 6.000 peregrinos en Valencia, Llíria, Algemesí, l'Eliana, la Pobla de Vallbona, Tavernes Blanques, Burjassot, Museros, Alzira, Torrent, Cheste, Alberic, Chiva, Algemesí, Benaguasil, Alboraia, Rafelbunyol, Gandia o Xàtiva, ciudad en la que más de 400 peregrinos de Eslovaquia, Kenia y Honduras disfrutarán del primer día de la Fira d'Agost. Para todos ellos, la archidiócesis de Valencia ha organizado cuatro días intensos en los que se celebrarán misas diarias en cuatro lenguas (español, inglés, francés e italiano), habrá doce conciertos de música cristiana, una exposición de pintores católicos y numerosas actuaciones de magia, mimo y teatro callejero en la plaza de la Virgen. También se desarrollarán vigilias y rezo de oraciones en distintas iglesias del cap i casal.

Marcadas en rojo están tres grandes citas para el domingo: a las 8.30 horas, el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, presidirá la misa conclusiva de los "Días en Diócesis" en la Plaza de la Virgen ante miles de jóvenes de todo el mundo; a las 14.30 h., todos los peregrinos llenarán el antiguo cauce del río Turia para compartir una "paella monumental" (así se anuncia) con mascletà incluida; y por la noche llegará la nota más colorida: un rosario nocturno en la playa de la Malva-rosa.

Empezará a las nueve de la noche y habrá montado un escenario al que subirán dos jóvenes, un matrimonio, una religiosa de vida consagrada y un sacerdote, todos ellos valencianos, para decir los cinco misterios gozosos y sus ave marías.

La "cruzada" de Osoro

Aparte de servir como prolegómeno a la llegada del sucesor de Pedro, estos "Días en Diócesis" también están al servicio de una cruzada del arzobispo: la dinamización de la diócesis y, especialmente, la reactivación de la pastoral juvenil. Es la primera gran cita de Osoro -la muerte del cardenal García-Gasco tuvo importancia diplomática, pero no pastoral- y el prelado cántabro ha puesto todo su empeño para que los actos brillen. Una legión de 715 jóvenes voluntarios -con una media de 23 años y formados en un curso de tres días-, el apoyo de las incombustibles comunidades del Camino Neocatecumenal (los kikos), y el trabajo del joven sacerdote Óscar Benavent, presidente de la Infancia de Juventud y alto comisionado de la cita, son sus principales puntos de apoyo.

"Es una maniobra de concentración de masas para disimular la crisis de la Iglesia"

No todo es "agitprop". La organización de los "Días en Diócesis" -que reproducen todas las sedes episcopales de España- y la visita del Papa a Madrid del 18 al 21 de agosto también tienen su sector crítico dentro de la Iglesia valenciana. Uno de sus representantes es Honori Pascual, sacerdote adscrito a la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles del Cabanyal y miembro del Grup de Rectors del Dissabte. En su opinión, todo esto no es más que "una maniobra de concentración de masas para disimular la crisis interior y exterior de la Iglesia".

Este cura progresista afirma que "congregar a mucha gente joven no es garantía de nada, porque se trata de viajes medio subvencionados, como una especie de turismo religioso. Pero las iglesias seguirán vacías antes y después de la visita". Honori Pascual insiste en que es un "espejismo" y una "cortina de humo" porque la actividad de estos "movimientos neoconservadores y fundamentalistas sólo servirá para desviar la atención de los problemas de la Iglesia: la pérdida de feligreses y de sustitutos en los ministerios sacerdotales, la incorporación pendiente de la mujer y la falta de democracia interna". Pascual subraya que "los 'kikos' se han sumado a golpe de consigna, pero el clero valenciano está, en general, un poco indiferente" ante esta cita. p. cerdà valencia