­­¿Cómo ha cambiado la situación de las personas mayores en estos últimos seis años?

Ha cambiado de forma negativa. Hemos sufrido la congelación de las pensiones y, ahora, estamos nerviosos por la posible reforma de la sanidad pública y la introducción del copago. Eso nos preocupa.

¿Cuál es el temor?

Vamos a ver: Tú ahora vas a la farmacia a por un producto que antes entraba en la Seguridad Social y ya está fuera. Eso ya lo estamos sufriendo. Y el copago nos inquieta de gran manera. Su finalidad puede ser doble: Recaudar dinero y disuadir de que recurramos a la sanidad. Si es para recaudar dinero, no es justo, porque para eso ya están los impuestos y porque en este caso lo acabaríamos pagando los mayores, que somos los que necesitamos más la sanidad pública. Y si es para disuadir a la gente de que vaya demasiado al médico, el inconveniente será enorme.

Explíquese.

Suponga que una señora mayor tiene un resfriado y, con su pensión baja, prefiere no ir al médico para no gastar nada y confía en que el resfriado se le irá. Al cabo de unos días, puede caer enferma, tener fiebre y acabar con una pulmonía en el hospital. Lo mismo puede ocurrir en enfermedades más graves, como el cáncer de mama. A la abuelita le ha salido un bulto y, si ha de pagar , prefiere no ir al médico creyendo que será un quiste de grasa. Pero el tumor avanza. Y cuando acabe yendo al médico, éste le preguntará por qué no ha acudido antes. Éste es el problema del copago.

La crisis también les ha golpeado de forma indirecta.

Sí, sí, con la crisis, lo estamos pasando muy mal con nuestros hijos y nuestros nietos. Tengo constancia de casos en los que muchos mayores han tenido que hipotecar su piso para ayudar a sus hijos y, después, no han podido pagar la hipoteca y han acabado perdiendo su vivienda de toda la vida. La ayuda económica a los hijos y a los nietos nos preocupa mucho.

También están haciendo un sobreesfuerzo en la dedicación de su tiempo. Muchos están «esclavizados» por ayudar a la familia.

Así es. Somos, como nosotros decimos, los abuelos-canguro. Hemos de llevar a los nietos al colegio, hemos de recogerlos a las doce, hemos de llevarlos al médico si se ponen enfermos… Eso es una realidad, y provoca que no tengamos una jubilación tranquila y sosegada para hacer nuestras cosas, cuando pienso que nos lo habíamos merecido después de tantos años trabajando. Estamos haciendo una labor tremenda en favor de los nietos.

Pero eso no se reconoce tanto en la familia, y la figura del abuelo es menos venerada que antiguamente. ¿Reciben palo por todos los sitios?

Precisamente ésa es una de las cosas que… no diré la palabra me quejo, pero sí que lamento la discriminación en la que nos encontramos los mayores. En la familia, los hijos han cambiado totalmente en ese sentido y se preocupan de su trabajo. Y en la sociedad, las personas mayores estamos completa y totalmente discriminados. ¿Cuántas reuniones hay de sociedad civil? Pues nunca están representados los mayores. No importa nuestra opinión.

¿Y cuál es su reto para este nuevo mandato?

Mi objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Fíjese en que la población cada vez tiene una esperanza de vida cada vez más elevada, y que a mitad de este siglo España será el segundo país del mundo más envejecido, detrás de Japón. ¿En qué condiciones alargaremos la vida? ¿Serán años con calidad de vida o van a ser años con enfermedades degenerativas y crónicas? Pues hay que trabajar en la prevención de enfermedades para conseguir una buena vejez. Yo, desde que soy presidente de este Consell de personas mayores, he recorrido 98 pueblos, como un misionero dando consejos de prevención de la salud. Así se ahorra mucho. ¿Quiere un ejemplo?

Démelo.

Pues se va a quedar asombrado. Mire: Cada año hay 8.000 fracturas de cadera en la Comunitat Valenciana. Son 22 diarias, casi una por hora. Tras pedir la información al conseller, he sabido que una fractura de cadera, si contamos la entrada en Urgencias, la analítica, la primera exploración, el posterior análisis, la radiografía, la estancia en la habitación, la preparación quirúrgica, la operación, la prótesis y la rehabilitación, cuesta 9.690 euros en total. Si redondeamos, son 10.000 euros. Pues si conseguimos evitar una sola fractura de cadera al día, con consejos sobre la osteoporosis, por ejemplo, ¿quiere calcular cuánto se ahorra la sanidad pública?

Más de 3,6 millones de euros.

Pues eso estamos haciendo los mayores de una forma silenciosa y callada, y a coste cero. Nuestros hijos y nietos han de tener en cuenta que los mayores no queremos nada para nosotros. Todo lo que estamos haciendo es por vosotros.

¿Y qué pueden hacer los jóvenes por ustedes?

Nada más que darnos la alegría de estar siempre con nosotros, mostrar un respeto hacia todas las personas mayores, darnos cariño… Ya me pongo hasta sentimental, pero es que no queremos más que eso: Las caricias de los nietos y de los hijos, que hoy en día están liados con el trabajo y a veces no llaman ni nada a sus abuelos. Con que nos deis el cariño, nosotros estamos contentos y felices de ayudar y entregarlo todo por vosotros.