"La educación es un derecho, no un gasto. Es el futuro" defendieron ayer miles de profesores de la enseñanza pública de toda la comunidad en la manifestación unitaria en el centro de Valencia. La primera de las jornadas de huelga, con un respaldo de un 35 por ciento según los sindicatos docentes y de un 18,08 % en cifras de la Conselleria de Educación, tuvo un seguimiento desigual aunque la protesta en la calle fue mayoritaria.

El despido de más de dos mil profesores en los últimos dos años y la previsión de que otros cientos más de interinos se queden sin trabajo; la ampliación de la jornada lectiva; el incremento de un veinte por ciento de las ratios o la reducción salarial son algunos de los motivos de la convocatoria de esta movilización, que contó con la presencia de estudiantes.

Las fechas, finales de curso y en plenos exámenes, ha provocado que no todos los padres respalden esta protesta, pese que el lema central es la defensa de la escuela pública. La Confederación Gonzalo Anaya recordó ayer que había dado libertad a sus organizaciones. Así, la Federación de Padres de Alumnos de Valencia (FAPA) mostró su apoyo mientras que la Enric Valor de Alicante la criticó.

De los 52.000 profesores de la enseñanza pública en la Comunitat Valenciana, secundaron la huelga unos 18.000, lo que supone un tercio de la plantilla; otro tercio estuvo obligada a cubrir los servicios mínimos en los centros educativos que permanecieron abiertos y un tercio optó por ir a trabajar.

Los datos de la conselleria, reales y telemáticos que calcula sobre una plantilla de 58.000 profesores, muestran que en Alicante la huelga fue secundada por el 25 % y en el resto por el 14 %. La titular del departamento, María José Catalá, felicitó a los docentes por "su responsabilidad y profesionalidad ya que continúan trabajando y no quieren perjudicar a los escolares en un día lectivo" indicó.

La manifestación transcurrió en todo momento como una fiesta a la que acompañó el buen tiempo, aunque la zona comercial sufrió los atascos del corte de calle al mediodía. Miles de profesores -hasta 30.000, según los sindicatos, y 10.000, según fuentes oficiales- de colegios e institutos de Alicante, Castelló, muchos de los cuales llegaron en más de cincuenta autobuses, y Valencia llenaron las calles del centro de esta última.

El recorrido fue desde la plaza de San Agustín a Colón, al llegar a la sede de Bancaja en Pintor Sorolla se coreó "Ahí está el dinero de la educación", luego pasaron frente al instituto Lluís Vives -que destacó en febrero como el epicentro de las protestas de la "primavera valenciana"- donde pararon un momento para aplaudir, de ahí a la plaza del Ayuntamiento y hasta la plaza de la Virgen y el Palau de la Generalitat.

La cabecera estaba en la plaza Manises y la cola aun no había salido de Colón. Más de dos horas de recorrido, con una pancarta central en la que se leía: "No a les retallades en els serveis públics. Depuració de responsabilitats en el Consell", que suscribieron las cinco organizaciones docentes: STE-PV, CC OO, CSIF, FETE-UGT y ANPE.

Los representantes sindicales entregaron manifiestos tanto en la Delegación del Gobierno como en la Conselleria de Hacienda, donde pidieron la dimisión de su titular, José Manuel Vela, y aludieron a su hermano recien dimitido. Aunque su pretensión era reunirse con el presidente Alberto Fabra, éste estaba en Castelló. No obstante, se han entrevistado unos minutos con el secretario autonómico de Administración Pública, Pedro García Ribot.

Menos ruidosos que los estudiantes en sus movilizaciones, los profesores mostraron ingenio en las pancartas. Varias profesoras se tocaban con gorros blancos de ala que simulaban la Ciudad de las Ciencias de Calatrava, como símbolo del despilfarro; como el avión de papel que transportaba otro con la inscripción "Educación low cost. Aeropuerto sin aviones apagan calefacciones" y desde Alicante, un batallón de lápices tamaño XL servían de soportes a pequeños letreros, como "Éstas son nuestras armas". Mientras, una maestra francesa y sus alumnos aplaudían.

"Es falso que no habrá despidos, sino "ausencia de contrataciones", es falso que clases de 40 alumnos permitan buenas condiciones educativas, es falso que el profesorado no trabaja en julio, es falso que les preocupa la enseñanza pública y, sobre todo, es falso que no hay alternativas" lamentaba el manifiesto leído al final del recorrido.

Hoy se realiza la segunda jornada de huelga y de manifestaciones en las tres provincias. Por la tarde, en asambleas se valorará la incidencia de estas protestas para decidir si se prolongan, aunque la del 22, que es nacional, está convocada. "Porque nos jugamos el futuro, continuamos" exclamaron.