A los 17 años de su expropiación, el Ayuntamiento de Paterna ha acabado de completar el pago de los más de 9,6 millones de euros que ha costado que los terrenos del antiguo campo de tiro de pichón se convirtieran en un suelo público: un parque y pulmón verde en pleno centro de la ciudad.

El alcalde, Lorenzo Agustí, firmó a finales de diciembre una orden de pago de 486.740 euros a la Sociedad Valenciana de Caza y Tiro, antigua propietaria de los terrenos. El consistorio de l´Horta viene cancelando con esta entidad, desde principios de la década anterior, una deuda total de 9,6 millones „se incluye el pago inicial, el justiprecio y los intereses de demora„ que contrajo a lo largo del tiempo por la expropiación del hoy Parque Central.

En 1998 el Tribunal Superior de Justicia daba la razón al ayuntamiento por la expropiación que hizo el gobierno socialista de José Enrique Bargues en 1995, por la que pagó a los cazadores 407 millones de pesetas (casi 2,5 millones de euros). La entidad llevó al consistorio a los juzgados al considerar insuficiente el dinero recibido por la expropiación y reclamó una indemnización multimillonaria. Tras la alegría por el primer fallo del TSJ llegó, cinco años después, la losa sobre las arcas municipales, pues en 2003 el Tribunal Supremo sentenció que el consistorio debía compensar a la Sociedad de Caza con otros 7,1 millones de euros adicionales a los ya abonados. De ellos, 3.658.446 correspondían al «justiprecio» y otros 3.454.375 a los intereses hasta agosto de 2003.

El justiprecio se abonó en mayo de 2004, mientras los primeros pagos de los intereses pendientes fueron realizados en 2005 y 2006, tras pactar un calendario de pagos con los cazadores. Habría que añadir, finalmente, otros 139.000 euros de intereses del periodo 2003 a 2012, con lo que los intereses de demora ascendían a 3.593.567,42 euros.

El actual gobierno del PP ha completado los pagos en los últimos cinco años. La sentencia del Alto Tribunal supuso un duro revés para la economía del ayuntamiento que han afrontado distintas corporaciones. Incluso en los primeros años se paralizó el proyecto de adecuación de este espacio como parque para la ciudadanía.

Borruey ejecutó el muro perimetral y el entorno con nuevos viales. La aspiración municipal de convertir el campo de tiro en un espacio de esparcimiento vecinal pudo culminarse en 2010, creándose más de 85.000 m2 de zonas verdes, juegos infantiles y espacios deportivos en una actuación que contó con financiación del Plan Zapatero. Con el pago ya realizado, el alcalde Agustí mostró su satisfacción porque «nos quitamos de encima un compromiso que ha obligado a destinar cada año unos importantes recursos económicos al pago de una deuda y a unos intereses muy elevados».