Al contrario que a esas cuentas corrientes enchufadas a la nómina, al depósito bancario suizo de Luis Bárcenas le sucede lo mismo que a las personas de metabolismo y voluntad azarosa: su pesaje es de lo más elástico. Ha ido engordando y adelgazando de forma significativa y en tiempo récord. La mayor reducción de saldo en la cuenta 8.401489 se produjo después de que el juez Baltasar Garzón ordenó la operación Gürtel, un 6 de febrero de 2009. Pero no antes de la visita que el valenciano Ángel Sanchis Perales, tesorero del PP entre 1982 y 1988, hizo al Dresdner Bank de Ginebra, donde Bárcenas tenía el dinero. El viaje de Sanchis para asesorar a su amigo -la gestión fue descubierta por la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (Udef) a partir del testimonio de empleados de la entidad helvética- se produjo un 20 de febrero de 2009. El 12 de marzo empezaron a registrarse transferencias desde la citada cuenta a otras en los también suizos UBS y HSBC en Nueva York.

El primero de estos "swifts" bancarios lleva fecha del 12 de marzo. Por un importe de un millón de euros, que fue a parar a la sociedad de valores Bex Bursátil, según la documentación a la que ha accedido este periódico. La Brigada de Blanqueo de Capitales señala que esa transferencia fue devuelta el 23 de marzo. Un día después, voló a misma cantidad al HSBC de Nueva York a una cuenta a nombre de Brixco S. A. El 26 de marzo y el 29 de abril Bárcenas ordenó, a través de Sinequanon, sendos envíos de un millón. La última transferencia a esa mercantil es del 8 de mayo y asciende a 1.328.000 dólares.

En la entrevista que Ángel Sanchis concedió a este periódico explicó que fue él quien hizo de intermediario al presentarle Brixco a su amigo Bárcenas. "Me arrepiento de haberle presentado a mi cliente, de haberles puesto en contacto", explicó. "Si pudiese volver atrás jamás habría hecho esa gestión para Bárcenas", explicó. Esa empresa hortofrutícola trabaja desde hace años con el negocio agrario de los Sanchis en Salta, al norte de Argentina. Allí compró el valenciano extesorero del PP la finca La Moraleja, que hoy comprende 36.000 hectáreas de cereales y limones.

Si la finca -comprende el equivalente a 50.000 campos de fútbol- es la joya de la corona del patrimonio de este empresario de Albal, el limón le ha dado el contrato de 20 años con Coca-Cola. El ahora imputado Sanchis negaba cualquier relación accionarial con la mercantil a la que Bárcenas derivó parte de su depósito. Entonces tasado en 22 millones, pero luego se supo que eran 38. El juez investigará ahora si firma a la que fue a parar el dinero, en formato crédito, tiene vínculos de propiedad con el dueño de la finca de Salta. Sanchis admite que fue un crédito y que se documentó oficialmente en la contabilidad de Brixco, en la que el valenciano ya reconoce tener "intereses". Sanchis Perales negó también rotundamente que Bárcenas le otorgase poderes, imprescindible para mover las cuentas. Sí admitió tener una autorización firmada porque de lo contrario no habría accedido a revisar las posiciones de ese depósito. De hecho, solo él e Iván Yáñez, testaferro del hombre que ha puesto en jaque a Génova, tenían permiso. En el caso de Sanchis, para supervisar la liquidez de quien pasaría a ser inversor capitalista en Brixco.

Explicó a este diario que también acudió al Dresdner para revisar las ganancias bursátiles de Bárcenas, dada la confianza entre ambos y el ánimo de "fardar" de éste. Es la versión de Sanchis, a la que el juez Ruz da poco crédito y la Fiscalía Anticorrupción, ninguno.