La escena final de «Ciudadano Kane», la que descubre el enigma de «Rosebud», muestra un almacén gigantesco donde se guardan los tesoros acumulados durante toda una vida por el magnate mediático inspirado en Hearts. En un almacén de Paterna alquilado por las Corts se custodian desde hace años miles de muebles y enseres de todo tipo que la institución ha ido arrinconando, objetos deteriorados e inservibles que son también reflejo de otra época marcada por los excesos, cuando el dinero fluía y la Cámara celebraba hasta plenos itinerantes. Un depósito que representa una onerosa factura, de entorno a los 6.000 euros al mes, que el Parlamento hoy no se puede permitir, máxime cuando las expectativas de uso de este material son nulas. El presidente de las Corts, Juan Cotino, ha decidido dar un paso adelante y limpiar el trastero de la institución con la intención de ahorrarse la mitad del alquiler del almacén, 3.000 euros mensuales.
Son 1.266 bienes muebles los que la Mesa de la Cámara ha acordado dar de baja de su inventario, tras la declaración como «inservibles» y de «valor cero» por estar «fuera de uso una larga temporada y no ser merecedores de reutilización». Se trata de «bienes obsoletos técnicamente y económicamente amortizados o de costosa reparación y puesta a punto» o bien «hechos a medida para un uso singular que los incapacita para otros», con lo que resulta «desproporcionadamente oneroso para las Corts asumir el alquiler de su depósito» ante «una expectativa de uso cada vez más lejana». La decisión comporta el traslado a un ecoparque. ¿Y por qué no se subastan? Según la institución, el material está tan deteriorado que ni siquiera sirve para su cesión a terceros.
Al contenedor irá buena parte de la escenografía utilizada hace años para los plenos itinerantes, el primero de ellos, en Morella en 1996, y el último, en 2007, celebrado en Borriana, así como para las exposiciones y reuniones de la Mesa por las comarcas. Hoy nadie piensa en reeditar el teatrillo de la feria ambulante parlamentaria. Escaños y sillas destartalados por años de almacenamiento, hasta sumar un total de 39, pero también 479 objetos y mobiliario pertenecientes a exposiciones y plenos viajeros (expositores, paneles, luminarias, asientos tapizados o una rampa) se llevarán al ecoparque.
En la basura acabará incluso toda una barra de bar, la que había antes de 1995 y de construir la actual cafetería, junto con otros seis enseres de bar y cocina. No escaparán tampoco 164 muebles, entre armarios, estanterías, mesas y mobiliario auxiliar; así como 49 máquinas eléctricas de escribir junto con 22 carritos para portarlas; 5 moquetas a medidas para las exposiciones organizadas; 23 alfombras de hasta 3,50 por 3,40 metros; 75 ceniceros de diferentes tamaños y materiales, de sobremesa o de pie; una estatua de cartón; 5 fuentes de agua;3 lámparas; 7 cortinas, así como las barras y rieles; 7 plantas de plástico; dos columnas de escayola; y 14 extintores.
Pero también hay 14 lotes de cajas con documentación, boletines y diarios oficiales, papeles con legislación ya modificada o digitalizada; diverso material informático con más de diez años de antigüedad; los papeles que tenía en su despacho Lluís Aguiló, ex letrado mayor, cuando fue nombrado secretario general de la Acadèmia; e incluso 148 pósters, carteles y paneles. Como el trineo de Kane, tampoco escaparán del fuego o del reciclaje 84 cajas de CDs de villancicos que a las Corts les dio por editar durante una época.
